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Aida Bortnik: la guionista del cine argentino

Aída Bortnik, guionista, dramaturga y periodista argentina escribió grandes películas de nuestro cine. Hacemos un repaso por su trayectoria que va desde los Oscars hasta García Márquez pidiéndole trabajar con ella.

A esta mujer que vivió detrás de las cámaras la conocí un poco por casualidad. Estaba leyendo sobre Caballos Salvajes, la película protagonizada por Héctor Alterio y Leonardo Sbaraglia, y dirigida por Marcelo Piñero. La guionista de este film fue Aida.

El año pasado Héctor Alterio reveló que la frase “La puta que vale la pena estar vivo”, que se hizo tan popular luego del estreno del film Caballos Salvajes tiene una historia de lo más particular. Estaban grabando la escena y al director no le gustaba el cierre. La llamó a Aida por teléfono, le contó los detalles de la escena, que estaban en el medio del campo y que no encontraba cómo darle fin. Es así que la guionista se inspiró en el momento y le dijo “Decile a Héctor que grite la puta que vale la pena estar vivo”. Cortó, grabaron la escena con la frase y el resto es historia.

Bortnik es una pieza fundamental del cine argentino y la verdad es que me pregunto porqué su nombre no es conocido por todos. Tal vez sea nombrada con nombre y apellido por quienes son conocedores de la cinematografía argentina. Pero para quienes no lo somos seguramente hayamos visto alguna película escrita por ella, sin saberlo.

Además del cine, la otra gran parte de su carrera la hizo en el periodismo. Escribió en periódicos como Primera Plana, en el diario La Opinión y en las revistas Siete Días, Humor, entre otras. Lo cierto es que Aida comenzó a escribir desde muy chica, a los 3 años ya leía y luego de eso, comenzó a escribir. En una entrevista realizada por el canal Encuentro, ella cuenta, en los primero minutos, cómo fue que se apasionó desde tan pequeña por las letras.


Bortnik escribió el guión de la película “La Historia Oficial”, que fue la primera en hablar de los hechos de terrorismo como la desaparición de personas o la apropiación de bebés, cometidos por la última dictadura militar argentina. Es así que la película fue un hito tanto en nuestro país como internacionalmente. Fue el primer film latinoamericano en ganar el premio como mejor película extranjera en los Oscars y fue la primera hispanohablante en recibir la nominación a mejor guión original. Guión que escribió la genial Aída Bortnik.

Anteriormente la dramaturga ya había incursionado en el cine. Su primer guión fue para la película “La Tregua”. Esta historia es una adaptación de la novela del escritor uruguayo Mario Benedetti. Casualmente el ya había rechazado ocho ofertas como esa, hasta algunas fueron de Hollywood. Cuando lo llamó Aida lo convenció. Después de una charla telefónica Benedetti al oír lo que la guionista tenía planeado realizar con su novela, le dió los derechos para adaptarla. Esta película también fue un hito, por ser la primera de argentina y de América Latina en estar nominada al Oscar.

Pero Benedetti no fue el único escritor reconocido con el que trabajó. Gabriel García Márquez conoce el nombre de Aida debido a que ella había guionado una miniserie cubana llamada “Éramos tan jóvenes”. La producción fue un éxito en toda la isla, donde vivía “Gabo” (como lo llamaban sus amigos entre ellos Aida). Es así que el novelista la llamó y le pidió a Aida que adaptara una de sus obras. Ella lejos de creerse capaz de poder adaptar un género como realismo mágico, se preocupó por la propuesta. Pero García Márquez ya lo tenía todo planeado, quería que adaptara su obra “Noticia de un secuestro” libro de no ficción basado en la historia de un secuestro real.


La película, a la cual busqué exhaustivamente, parece que quedó inconclusa. En 2008 se había confirmado que iba a ser dirigida por Pedro Pablo Ybarra, y protagonizada por Salma Hayek y Benicio del Toro. Pero ahí quedó todo, al parecer la producción había comenzado pero no se finalizó.

Aida Bortnik falleció un 27 de abril de 2013, a los setenta y cinco años de edad, con una carrera más que prolífera. Pero esta mujer tan genial aún después de haber dejado este plano siguió deslumbrando con su arte, el cual dejó en manos de sus dos discípulos: Juan José Campanella y Fernando Castets.

Un total de setenta y tres cajas fueron el legado de esta dramaturga, guionista y periodista, donde guardó toda su obra. Escritos de proyectos que fueron concretados, pero también bosquejos de producciones inconcusas y hasta guiones que no vieron la luz del proyector. Además de recortes de revistas, cartas, anotaciones y demás artículos que fueron considerados valiosos para Aida.

Estas cajas se convirtieron en una muestra que tuvo lugar el año pasado en el Museo del Cine de Buenos Aires. Donde se expusieron materiales de puño y letra de Bortnik. El proyecto fue coordinado por Teresa Teramo, Patricia Molina, Silvana Di Francesco y Gabriela Fantl.

Si bien la muestra no está disponible por la pandemia, encontré el catálogo de ella donde se puede ver un poco del material y fotos que había en las cajas. Del catálogo hay dos cosas que me llamaron la atención, una es un telegrama del ex Presidente Raul Alfonsín. Se lo envió luego del estreno de “La HistoriaOoficial” y le agradeció por su película “Tan en sintonía con la primavera democrática”. Y la otra fue una declaración de Aida sobre “Tango Feroz”, película icónica de nuestro cine con guión de la autora.

“Antes el joven era alguien que estaba tratando de ser grande, no estaba tratando de cambiar todo, por lo menos no en la sociedad. A fines de los 60 los jóvenes que estaban en las universidades, en los clubes, en los bailes, en las cuevas de rock testimoniaban una voluntad de cambio extraordinaria (...) En este contexto está ubicada Tango Feroz, en el espíritu de esos jóvenes y en la forma en que intentaron reprimirlos”.

La película tuvo 1.469.552 espectadores que representaron un 7,6% del total de las entradas vendidas en 1993, el año que se estrenó la película.

Así es que Aida Bortnik fue de esas mujeres que representan figuras claves en nuestro cine y en la cultura, pero que no es un nombre reconocido a simple escucha. Lo que nos dejó fue su obra guardada en cajas y un par de películas que marcaron la filmografía del país.

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