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Return of the dream Canteen: un experimento un tanto predecible

Los Peppers ensayan nuevos trucos en viejos perros. Resultados dispares en otro cumpleañitos grabado por Rick Rubin.

Un año que quedará en la historia de la banda, de discos dobles y catarata de melodías. Casi repitiendo el formato, lanzaron un trabajo con 17 canciones. Si, igual que con “Unlimited Love”


El disco de los peppers arranca cómo querés que arranque cualquier disco de los peppers.


Riff´s and funk, arranca popero pero empieza a mezclarse en la niebla de un viaje de ácido en lo que es un espejismo que volveremos a ver en este disco, la referencia, claro, es para “Tippa my Tongue”. “Peace and love” avanza en otra dirección, más oscura y menos celebratoria que también escucharemos en canciones cómo “Fake as fuck”.


Algo que ya se vió en “Unlimited Love” y que hermana a la Canteen, es esta atmósfera de largas zapadas. Algunas de hecho están más cerca de ser un experimento de una jam que una canción, que con algunos arreglitos que ya hemos escuchado, una o varias veces en otros discos de Kiedis y compañía.



Sin miedo a lo experimental ni a lo pomposo, avanza “Return to the dream canteen”, entre canciones como “My Cigarette”, que coquetea con el electro de otras épocas. En otros caminos “Shoot me a Smile” se vuelve inesperadamente indie para mutar en “The drummer” por caminos más poperos.


“Return of the Dream Canteen” está dividida en 4 sides; A,B,C y D. Reforzando la idea del disco doble y tratando (sin mucho éxito) de darle contexto a las canciones de cada división. Porque si hay algo que es este disco es un gran y bello out of context. Si habrá canciones que ya hemos escuchado antes en otras producciones, cómo “Bella”, o incluso “Eddie”, canción dedicada a su gran amigo Eddie Van Halen. Los Peppers se toman prestados a sí mismos la intro de “By the way”.


Este trabajo de los rojos y picantes es mucho menos homogéneo que lo que fue “Unlimited” y deja la impresión, que ellos mismo blanquearon al hablar de “una carretilla de canciones”. No buscaron mayor cohesión que la de pasar un buen rato con sus canciones. Zip Zap y así lo hace un profesional diría Krusty el payaso a la hora de las grabaciones.




Pese a que los resultados no son los más entretenidos tampoco se esperaba otra masterpiece. Para eso siempre tendremos Blood Sugar Sex Magik, Mothers Milk o más acá en el tiempo Stadium Arcadium, pero si algo más parejo y homogéneo. A crédito de quien suscribe, no es un disco para escuchar de un solo tirón.


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