La banda de mataderos tocó en su quinto estadio lleno en menos de un mes y fue una fiesta de principio a fin. Perlitas como la participación de Soulé y Triste Canción de Amor fueron condimentos para el último sábado de huracanes.
La llovizna que acompaño toda la jornada del sábado poco importó para que el público de La Renga llenara por quinta vez el Estadio de Huracán. Desde temprano los fanáticos fueron acercándose a las inmediaciones del Ducó, que registró otra noche sin incidentes, mostrando el compromiso de la banda y la organización para terminar esta seguidilla en paz. La primera camada que pudo ingresar para ver a Inazulina calentó los motores al ritmo de la banda de Carolina Bakos, con su heavy gótico y crucifijos. Aunque el plato fuerte comenzó a las 22:00 puntuales, cuando sonaron los primeros acordes de Corazón Fugitivo, del último disco de la banda. El Estadio fue subiendo de temperatura con otro de los nuevos, Nómades, para explotar en Motoralmaysangre, siguieron Almohada de Piedra y el único presente del resistido Algún Rayo, Canibalismo Galáctico. La primer perlita de la noche fue cuando “Chizzo” contó que iban a “Desempolvar uno viejo” e hicieron bailar a todo Huracán con Córtala y Olvídala de su disco debut.
Luego de algunos clásicos vendría el primer invitado de la noche, un ícono del rock argentino, Ricardo Soulé, quien participó en el último disco para aportar su voz y violín a Sabes Que, una de las baladas del mismo. Dicho tema solo fue tocado en vivo en la presentación de Pesados Vestigios en Villa Rumipal allá por el 2014, y Soulé se subió al escenario para darle vida nuevamente, y como si la noche quisiera agregarle algunos matices al show, acompaño los acordes con una suave lluvia que solo aportaba magia al momento. Como si las sorpresas de la noche no fueran ya suficientes, “Chizzo” invitó a subir al escenario a Pablo Mantiñan, tecladista que participó en el DVD de Insoportablemente Vivo, para tocar un clásico cover del trio de mataderos, la Triste Canción de Amor hecha por el Tri. Tras despedir a Soulé con un cálido aplauso de todo el estadio, Mantiñan se quedó para aportarle sus teclas a Arte Infernal, haciendo rememorar aquella versión que sonará 16 años antes en ese mismo lugar.
Sin que el clima decaiga un segundo, el grupo de Mataderos hacia vibrar Huracán con un clásico atrás de otro, aunque explotó con Somos Los Mismos de Siempre, otro de los grandes temas que forma parte de Esquivando Charcos, y que da nombre a sus seguidores. El doblete de El Final es en Donde Partí y La Razón que te Demora empezaban a ponerle tono de cierre al show y dieron paso al intervalo previo a los bises. Luego de un lapso de unos diez minutos “Chizzo” subió de nuevo al escenario y presentó a las “Cucarachas de Bronce” (Palito para quienes erraron el nombre de por medio) y juntos hicieron Masomenos Blues, el tono del cierre subió un poco más al ritmo de Psilocybe Mexicana y su canto a la sirena de aguas claras. El Viento que todo Empuja y Hablando de la Libertad le pusieron el fin al quinto banquete en Huracán con el público extasiado de rock.
La Renga detonó una vez más el Tomás Duco y “Chizzo” avisó que este miércoles será la última presentación de esta tanda histórica de shows, donde la banda demostró estar a la altura de cualquier banda internacional para organizar un recital en Capital Federal. Mención aparte para Los Mismos de Siempre, que tomaron como propio el pedido del grupo y no dio ninguna excusa a esos que no tienen risa y se divierten amargando nuestro carnaval.