Cinco de las bandas más importantes del oeste del conurbano se unificaron en una movida autogestionada, rockera y solidaria. Un show donde no se le esquivo el tiro al presente social del país, además de lograr una excelente calidad musical.
El pasado sábado nos encontró en la línea Sarmiento viajando al mítico oeste, el lugar donde han nacido algunas de las bandas de rock más importantes de nuestra música. La cita era en el Auditorio Oeste, para presenciar el festival Rock al Barrio, una movida autogestiva impulsada por algunos de los grupos más importantes de esas latitudes, Sobrevuelo, Ciudad de la Fe, Vueltas, Duendes Vagos y El Hijo del Medio. El horario pactado para el inicio del show era a las 22:00, y así fue respetado. Mientras esperábamos los primeros acordes de Vueltas, banda encargada de dar el puntapié inicial, al fresco trago de cerveza lo acompañaban la constante llegada de público para asistir al evento. En puerta, mientras tanto, la gente de La Yapa recolectaba útiles escolares para el Bachillerato Popular Ejército de los Andes.
Vueltas comenzó a las 22:00 puntual, siendo una de las bandas que ya había tenido su bautismo en el Auditorio anteriormente, recorrió algunos temas de su último disco Sangre/Fuego, con un rock fusión que introduce ritmos de ska y reggae. Poco tardaron en encender a la nutrida convocatoria que ya copaba Rivadavia 17200, mucho baile y mucho rock fueron los condimentos de Vueltas para arrancar el festival bien arriba. Cerca del cierre hubo un pequeño impasse para disfrutar de una performance de tela y tango, antes de disparar el tiro final de Vueltas arriba del escenario en el cual “Gritos” fue uno de los más festejados y saltados.
El segundo plato de la noche fueron los chicos de El Hijo del Medio, el trio comenzó con el repertorio cancionero que forma parte de su único disco hasta el momento, De cara al juego. Entre los temas de la lista mecharon algunos nuevos que, según indicaba el “Chavo” Barrozo, integrarán el segundo material de larga duración del grupo, con una impronta más hardrockera. Siendo fieles a esta consigna, el trio disparo munición pesada en un tema plagado de riffs pesados y con una base de bajo que le daba un cuerpo potente al tema. Siguió Duendes Vagos, cuando nos acercábamos a la medianoche, y ya el Auditorio rebosaba de gente. Al ritmo de los saltos de “Pepo” Alarcon, desplegaron un recorrido por varios temas de la historia de la banda, poniendo a bailar a todo el que se acercaba al escenario. Antes de despedirse compartieron tablas con “La Negra” Sposato, de Ciudad de la Fe, subiéndole la apuesta a la movida barrial.
Promediando la una de la mañana subieron los chicos de Sobrevuelo al son de "Es la Hora", de su último disco, El Punto Clave de lo Exacto. El disparador del ritmo candombero fusionado con las violas de Librek bastaron para subir al taco el pulso cardiaco del público. Rápidamente subieron varios invitados al escenario, primero fue Ariel Agüero, habitual en los shows del grupo. El plato fuerte, y uno de los más emotivos de la noche, fue cuando subieron Barrozo, Sposato y Agustín Cuenca a interpretar "Sr. Cobranza", junto a toda la banda, explotando el Auditorio y cerrando el tema al coro del “MMLPQTP”, mostrando que ahí se respira barrio y presente social del país. El show siguió con más temas de su último disco y bajo el telón con un clásico del grupo de Morón, el bautizado “Sumazo”.
El cierre de la velada estuvo a cargo de otro de los grandes grupos de la lista, Ciudad de la Fe. La banda de ska-punk arrancó a puro ritmo su repertorio, mientras el público coreaba el “¡Que nos traigan las entradas, que nos pasen el fernet, que nos giren un escabio, toca Ciudad de la Fe!”. Mientras “La Negra” Sposato bailaba y cantaba sobre el escenario, abajo los pogos y saltos acompañaban una noche que empezaba a terminarse. Pero no se dejaron pasar las chances de resaltar el laburo realizado por todos los grupos, así Sposato agradeció, como ya habían hecho las bandas anteriores, a sus compañeros, a las bandas que movieron la fecha, además de destacar la movida autogestiva de la noche. Entre algunos covers y temas propios, entre ellos una excelente versión de Mestizaje, de Ska-P gritando “Abajo el patriarcado y la hostilidad racial” a coro con todo el auditorio (el cantito al tristemente célebre presidente actual también se volvió a oír), hubo unos momentos para subir al escenario a compañeras despedidas del Posadas, quienes recordaron su lucha y convocaron a marchar el 8 de marzo en el paro nacional de mujeres, en lo que fue quizás el momento más emotivo de la noche. Finalmente, con "Mal Bicho", de Los Fabulosos Cadillacs, junto con Agus “Capitán Buscapina” Cuenca, de Vueltas, se bajó el telón de una gran noche de rock barrial.
El largo regreso desde el oeste fue grato, el placer de ver movidas de este tipo son lo que mantiene la fe en que, como bien se destacó sobre el escenario, el rock está para contestar, para revelarse. En el Auditorio, el sábado, la rebelión del barrio estuvo presente desde el principio al fin, además de estar acompañada de un nivel musical excelente, haciéndole honor a la clásica frase de Divididos que exclama que en el Oeste (si, con mayúsculas) está el agite.