Sin Crisis no hay Desafios
- Camila Hernández Benítez
- 13 ago 2018
- 2 Min. de lectura
Las Pastillas del Abuelo se presentaron en el Oeste y RCI fue parte de la fiesta que tuvo una lista para el recuerdo, pensada para sus más fieles seguidoras y seguidores. Ahora se vienen los Obras, pero para aumentar la manija, reviví la noche del sábado.

“Sin crisis no hay desafíos” decían allá por el 2008 las páginas del tercer disco de Las Pastillas del Abuelo. Redoblamos la apuesta: sin “Crisis” (2008) no hay “Desafíos” (2011), ni “Paradojas” (2016), ni una serie de recitales que palpitan lo que será el festejo de los diez años de aquel disco que marcó un antes y un después en la historia de la banda.
El sábado 4 de agosto Las Pastillas del Abuelo volvieron a José C. Paz a demostrar que la magia del oeste sigue intacta y a calentar motores para los tres Obras que los esperan a fines de este mes. El lugar elegido fue La Carpa del Rock, y la lista que armaron fue sin dudas una interesante previa del festejo de los diez años de “Crisis”.
Antes de que el “Piti” se suba al escenario, pasaron los chicos de Mezcla de Razas, banda oriunda del barrio de Almagro. Pasadas las 22hs, sonaron los primeros acordes de “Cerveza” y el grito casi uniforme del público sonó a un “gracias” gigante por arrancar con ese clásico. Se notaba en el ambiente un poco de sorpresa porque a medida que iba avanzando el repertorio, seguían apareciendo canciones que hace bastante no tocaban.

De un total de veintidós temas, sólo dos eran del último disco: “Absolutismos” y “Rompecabezas de amor”. El resto, un recorrido por los primeros años de la banda y por canciones que tenían guardadas en el baúl de los recuerdos, como “Osiris”, “Chacarera” o “Historias”. “Paradojas” es un buen disco, pero el público pastillero tiene sus tiempos y aún le cuesta un poco adaptarse a esta faceta de la banda, más reflexiva -quizás- en comparación con los primeros años.
Cuando pensábamos que el repertorio no se podía poner mejor, decidieron deleitarnos con tres canciones que ya son himnos para los fanáticos de la primera hora: “El Ratón”, “El Cowboy”, y “El Hombre Mosca”. Temas que no están publicados en ningún disco, pero que son parte fundamental de la trayectoria de la banda.
Acostumbrados a cerrar los shows con algún tema de los últimos años, esta vez volvieron a sus raíces: el “Piti”, su guitarra y “El hombre mosca”. Un trío soñado para aquellos que extrañaban los viejos tiempos de la banda, y que pedían volver -aunque sea por un rato- a esas épocas de recitales más chicos y canciones más íntimas.
Sin dudas, fue una gran noche para dejarnos manijas de los tres shows que darán en Obras y para agradecer, una vez más, que se hayan inventado Las Pastillas del Abuelo.