En exclusiva para RCI con Agustin Pettinato, bajista de los Mustafunk, desentrañamos lo último de los pibes del oeste y nos metemos de lleno en una de las postales que dejó la banda que atraviesa su mejor momento.
De la cocina de los Mustafunk siempre salen productos altamente loables y aunque de la sensación que toda la comida sale a ritmos industriales (estos pibes metieron 4 discos en 5 años, contando a Lados G, un compilado de temas “descartados”) la banda de Paso del Rey mete en cada plato una singular receta, condimenta a gusto y piaccere con un poquito de esto y poquito de aquello...
“Culo” sin querer, pero queriendo, nos deja un poco descolocados y es por eso el sucesor perfecto de “Laboro Chamanik” otro de los delirios de estos pibes. Un disco que, a priori, destila en sus letras el humor de una banda que tiene resto suficiente como para despacharse criticando la actual gestión que gobierna el país, contar la triste historia de “Carlitos” un típico borracho de esquina, o irse “de atrás de un manto” para desenmascarar un amor de esos que al recordarlo rasga un poco más la piel.
Todo su desparpajo humorístico resulta en un hilarante intercambio entre Batman y su fiel secuas en la canción “Mustafa III: Las penurias de un Robin (Batman Versión)” donde un Robin con los berretines de un pibe de barrio le canta la justa a un caballero de la noche que recrimina su tarea y lo manda a cambiarse. Por su parte “Walter Mateyco” retrata a un arrebatado de la noche jugando sus últimas fichas en, un trabajo que a lo largo de la discografía está plagado de inserts con audios donde conviven líricas más relacionadas a la ópera y al rock nacional.
“Culo” bien podría ser un gran gag, pero también nos lleva al amor, a la lucha y a la reivindicación del voto como herramienta de (des)transformación social. Historias bien claras y definidas, mensajes directos y cuestiones del contexto social que vive el país (“corpiños para hombres”) dejan ver al laburo logrado como reflejo la personalidad de sus integrantes: “somos gente poco seria que se toma lo que hace seriamente”. “Culo” cuenta con una guasada de canciones. Son 19! de las cuales 6 son experimentos individuales en un juego que se plantearon los chicos de la banda: grabar cada uno por su parte, como puedan y con los músicos que quieran. La única regla fue que la duración del track no sea superior a un minuto y monedas.
La influencia de Hendrix, con canción propia, RHCP y Divididos es una constante en la banda, pero ahí quedó, en una influencia y los chicos de Mustafunk la han sabido trascender. Durante gran parte del disco y de las canciones en sí, se dialoga con varios géneros musicales, se transitan nuevos caminos y hasta da la sensación de que deambula por un universo ya conocido, la atmósfera de la banda Árbol de los primeros años o al menos ese espíritu se insinúa por ahí.
Primero y principal, ¿Por qué Culo? ¿Tiene que ver con el contexto?
“El nombre del disco fue lo último que cerramos. Nos gustó mucho la palabra en sí, sentimos que tiene mucha fuerza propia. Aparte es un disco que va en esa línea, tiene bastante humor pero también su veta sentimental y a diferencia de otros discos, todas las canciones hablan sobre algo en especial. Nos pasa que haciendo algunos trámites la gente se ríe cuando escuchan la palabra “Culo”. También buscamos experimentar más y lo que siempre buscamos disco a disco es mejorar respecto al anterior. El disco habla sobre el contexto pero no es por eso que elegimos el nombre.
¿Cómo llegan a proponerse hacer esas 6 canciones de forma individual?
"Fue algo que nos propusimos en un viaje, porque siempre jodemos con apodos, de hecho estas canciones son todos apodos, y la onda era que cada uno tenía que hacer un tema con un apodo que le toco por sorteo. En mi casa, hice “Walter Mateyco” y lo grabe en mi casa con una netbook del estado en lo que sería mi estudio de grabación “Sonidos Piola Records”. Lo que estaba bueno era que cada uno lo tenía que grabar por su parte, en su casa, con los músicos que quiera, era completamente libre con la pauta de que el tema tenía que durar un minuto y moneditas."
¿El contenido de las letras, como lo laburaron a diferencia otros discos?
"No somos gente seria pero hacemos las cosas seriamente, la música para nosotros no es algo solemne, es algo que se tiene que disfrutar, nos regimos por lo que nos gusta y lo que no nos gusta. La vara es te gusta o no te gusta. Las letras hablan de muchas cosas sentimentales, muchas cosas en joda también, Carlitos habla de un tipo que vivía a la vuelta del negro que tenía una historia difícil, de tras de un manto es una letra de amor tristísima. Nosotros no hacemos canciones al paisaje, no es lo que escuchamos y lo que nos conmueve. Son 19 temas, la mayoría bastante cortitos, y fue una estética que no se habló pero se dio en el momento de hacer el disco. Los discos son estéticas que se deciden solas y se dan. Nosotros no vemos discos como puertas haciendo nuevos lugares, los discos para nosotros son fotos del momento, esta es la foto del momento del año pasado, del 2017, porque los temas los hicimos el año pasado."