La Vela Puerca sigue presentando Destilar, su último disco de estudio, y está vez la cita fue en Rosario, en el Anfiteatro Municipal de dicha ciudad. Nuestra compañera Camila Hernández transformó en palabras una noche mágica.
El sábado 15 Buenos Aires amaneció gris, húmeda, con algo de frío y una garúa que se estaba tornando un poco insoportable. Pero las caras de las personas que iban llegando a Independencia y 9 de Julio para esperar al micro que los llevaría a Rosario no iban en concordancia con el clima. Sonrisa de oreja a oreja, mucha ojera por las pocas -o nulas- horas de sueño y abrazos que volaban de acá para allá.
La Vela Puerca está presentando su último álbum, “Destilar” (2018), con una gira por todo el país y llegó el turno de la cuna de la bandera. El lugar elegido fue el Anfiteatro Municipal de Rosario, un recito interesante para asistir aunque sea una vez a algún recital; tanto por la distribución del lugar como por la acústica.
A medida que nos íbamos adentrando en la Ruta 9, el cielo se fue despejando hasta llegar a la ciudad santafesina que nos recibió al mediodía con un sol que pegaba fuerte sobre el Río Paraná. Atrás había quedado la mañana gris y lluviosa, por lo menos hasta la hora del regreso. Para ir sumando agite y manija, el Club de Pescadores se colmó de banderas provenientes de todos lados, asados, música y algún que otro pogo que se iba armando a cada rato. Cuando empezó a caer la tarde la gente emprendió la caravana hacia el anfiteatro con un solo propósito: aunque sea por una par de horas, festejar para sobrevivir.
La lista de canciones fue variada y, si bien los temas de “Destilar” tuvieron más protagonismo, hubo un par de sorpresas que hicieron la noche aún mejor. Cerca de las 22 horas los acordes de “Velamen” comenzaron a sonar dando inicio así al primer bloque de canciones del último disco. Le siguieron “Atala”, “La Nube” y “Casi todo”.
A medida que avanzaba la noche y el show, fueron apareciendo algunos clásicos de “A Contraluz” (2004) y de “El impulso” (2007), para que los veleros de la primera hora despuntaran un poco el vicio y no extrañaran tanto los primeros discos. Cerca del cierre, el “Enano” y el “Cebolla” invitaron a subir al escenario al histórico y querido Manolo para cantar “El Gavilán”, y así tener en la lista aunque sea una canción de “Deskarado” (1998), primer disco de la banda.
Tal como había anunciado el “Enano” en los últimos recitales, “José Sabía” se tomó unas vacaciones así que el cierre estuvo a cargo de “Llenos de Magia”, canción pulenta si las hay. Pero la familia velera no se resigna fácilmente. A medida que el anfiteatro se iba vaciando una vez finalizado el show, los que ya estaban afuera podían escuchar perfectamente cómo desde el recinto venía una ola de miles de voces al grito de “Y sin embargo levantó…”. Si no la canta el “Enano”, la canta el público. Es ley.
“Dame las coordenadas, que voy para allá” reza la letra de “Mi Diablo” y reza también algún que otro fanático de la banda que quiera seguirlos con la gira. Restan algunas paradas por si te quedaste con las ganas: Tandil, Mar de Plata, Necochea, Santa Fe y Ciudad de Buenos Aires, esta última el 3 de Noviembre en el Club Ciudad. Allí nos vemos.
(*) Periodista de Radio Gráfica Foto de Marcos Mezzottoni.