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“No pienso la música desde lo comercial, sino desde el disfrute”

Ernesto Herrera presenta el 3 de mayo su segundo disco solista, Alterar el Pulso, y nos abrió las puertas de su estudio para charlar sobre su música y sus proyectos en una agradable nota.

Ya es de noche en Paternal cuando bordeamos el Diego Armando Maradona, símbolo del barrio, para llegar al estudio donde nos recibe para una nota Ernesto Herrera con un sticker en la puerta que reza “MacriGato”. El clima es cálido, mates de por medio, para sentarse a charlar en donde se gestó Alterar el Pulso, segundo disco en la reciente carrera solista del músico, que convive además con Pájaro Diablo, uno de los interesantes grupos de la escena emergente porteña. Ahí nomás, cuando la yerba recién empezaba a calentarse, Ernesto nos cuenta cómo nació este material que verá la luz en breve, “Sucedió a partir de abril de 2018, lo maquetie de abril a agosto. Empecé a grabarlo en octubre y terminamos de meter algunos temas en febrero y marzo. Me ayudó un amigo y socio con el que laburamos acá en el estudio, Ariel Porroni, y fue muy importante. Hay cosas que nunca se me hubieran ocurrido a mí solo.”


“El primer disco lo había hecho yo solo, compuse, elegí la estética y llegue a mezclarlo. Esta mezcla la hice más con la ayuda de Ariel. Después el mastering lo hizo la misma persona que hizo el del primer disco, Maxi Forestieri. La verdad que quedó un sonido lindo, me gusta más que el del primer disco, hubo un avance. Y lo más loco es que fue acá, eso le da una cuota de sentirse realizado.” Agrega con un tinte de orgullo en la voz, ese de quien ve como algo nace de sus propias manos y en la intimidad de un espacio propio. Después la charla se va para la parte compositiva, por lo que fue pasando cuando se gestaban estos nuevos temas, “Justo en esta etapa la composición de estas canciones fue todo un año antes, en un momento que justo estábamos en un paráte con Pájaro Diablo, ya tenía algunas encaminadas, justo en el paráte aproveché para terminar de redondearlas. Hubo algunas más, el disco tiene diez, habría 6 o 7 canciones más. Pero de alguna manera estas diez tenían algo que ver, un mensaje, una historia parecida, por eso las elegí a estas.”

Abriéndose un poco, contándonos lo que dice esta nueva etapa, en comparación con su primer disco, Ser y Respirar del 2016, “Keta”, como le dicen los amigos, expresa, “El primer disco fue más como sacar de adentro algo que estaba hace un montón, salió de una. Este fue más consciente, iban apareciendo las canciones y en un momento elegí las que mejor me parecían. Mi primer disco y el primero de Pájaro fueron contemporáneos. En realidad los temas del primer disco de Pájaro también fueron fruto de esa bola de emociones que tenía hace años. Fueron casi grabadas en simultáneo, estaban todas como acumuladas. Eran ondas muy diferentes, por un lado Pájaro con distorsión, riffs, y por otro lado esto de estar con la viola, solo con el otro. Después de eso vino una etapa más consciente, no sé si es esperar que venga la “inspiración” o más aprender a sacarlo, es algo que siempre está. A veces sale en forma de canción, a veces sale en forma de concepto, es una palabra en un cuaderno, es una expresión artística siempre, y eso está buenísimo.”


Seguimos charlando, Pájaro Diablo y esta cara solista se conectan todo el tiempo, pero nos metemos en Alterar el Pulso y el batero/guitarrista larga entre mate y mate de que habla su nueva obra, “Fue madurando, estas canciones son más referidas al tiempo, por eso se dio el título del disco, Alterar el Pulso, jugando un poco con ese concepto. Yendo bien profundo es una emoción fuerte, sentir cercana la muerte, el concepto de tiempo como pulso del corazón y ese juego de palabras se mezcla a lo largo de las canciones. Como de repente una emoción como un abrazo, una canción se llama así, te puede detener el tiempo. Es un disco con algo de conceptual, las canciones dialogan entre sí, me gusta hacer eso.”


Y poniéndole la pregunta sobre la mesa, queremos saber cuál es el Ernesto de Pájaro y cuál el que toca la viola en sus discos propios, sin esquivar la pregunta, nos comparte lo que siente en este aspecto, “Todavía estoy descubriendo que plasmo en cada proyecto. Pasan dos cosas diferentes, más de una vez me preguntaron porque no unía ambas cosas, pero no pude. Necesito el cable a tierra que tiene esta cara solista que me permite hacer cosas que salgan de la estética rockera. Un tema tocado en guitarra con los dedos tiene un tinte muy bajito que no se si podría hacerlo atrás la banda, tampoco da tocar un tema completamente solo teniendo una banda conmigo. Me doy el gusto de poner varios temas con cuerdas, en una banda de rock eso es más difícil. Por otro lado con Pájaro me permito pensar las canciones desde la batería, desde lo rítmico, siendo solista pienso desde la guitarra. Las primeras canciones que hice me salían casi como tocando percusivamente la guitarra, ja, fue raro.”


Nos alejamos, casi de casualidad, del tema de agenda, y nos metemos en Ernesto músico, completo, que le gusta, que lo influencia y que plasma en su música, “Ja! No siempre sale la referencia. Los últimos años me volví muy fan de Radiohead y de los Beatles. En este disco algunos amigos me dijeron que hay algo de Radiohead, y bueno eso fue cambiando con los años, lo que uno va escuchando. Cuando componíamos con Pájaro me llegaban más las influencias de Foo Fighters, Pearl Jam. Ahora me están picando artistas como Aristimuño, Edgardo Cardozo mismo, que es con quien tome un taller de composición. Y después cosas de afuera también, Grizzly Bear es algo que me copa mucho, pero no sé si podría hacer esas cosas con Pájaro, esas sonoridades me matan. El violero de Grizzly Bear, Daniel Rosen, es un chabón increíble, toca violas de doce cuerdas, de seis, tiene un timbre súper particular. Hay bocha, eso es algo de lo que me enganche ahora, temas tocados con dedo, esos sonidos.” Y saliendo de lo musical, queremos saber también que otras influencias lo atraviesan, “Las tengo, pero no tan conscientes. Escritores si, el negro Dolina me gusta mucho, Sábato, entre los conocidos. Algunas cosas de Nietzsche, algunos poetas que me llegaron a través del taller. Girondo, hay cositas que me influencian obviamente.”

Llega el momento de hablar del vivo, de la presentación de Alterar el Pulso. Por el momento solo sabemos que será el 3 de mayo en Circe, un agradable espacio de conciertos sobre Avenida Córdoba, pero queremos saber que nos tiene preparado Ernesto para la gran noche y como llega la banda, “Por suerte pude tocar bastante las canciones antes de grabarlas. El año pasado tocamos un par de veces. El formato era batería, yo adelante con la acústica y dúo de cuerdas, chelo y violín, además de una o dos veces, cuarteto de cuerdas. Muy flashero, una sonoridad muy particular, el chelo cubre las frecuencias del bajo. De hecho en el disco, el último tema solo tiene bajo, el resto son sintetizadores y algunas cosas nuevas con las que me permití experimentar. Va a ir por ahí, con esa formación. En ese caso va a ser batería, cuarteto de cuerdas, sintetizador y viola. Tengo un par de invitados para tocar la eléctrica también. Pero siempre la escena va a cambiar, de repente en algún tema tocaré solo, y así.”


La yerba empieza a lavarse, la charla sigue y le pregunto por su estudio, una especie de juguetería y taller, sueño de cualquiera que ame la música, y Ernesto coincide conmigo, “Es un sueño tener mi estudio. Esto es algo que me llegó, lo estoy aprovechando. Con Pájaro grabamos un par de cosas en su momento, cuando yo todavía no vivía acá. Ahora es tremendo, poder venir tanteando, grabando. Te da una disponibilidad tremenda, una libertad para que un día venís y si no te gustó lo que grabaste al otro día lo grabas de nuevo. No tenés límite de horario, yo grabé 24 tomas de una guitarra que no me salía hasta que llegué a la toma que me gustó. Tomarte el tiempo para ver cómo se escucha con parlantes, con auriculares, es tremendo. A veces me abruma, si pasa una semana que no grabó nada siento que me come la cabeza tenerlo y no estar aprovechándolo.” Y siguiendo con esta línea nos metemos en su faceta de productor, “Soy bastante jodido con el tema del sonido. Me gusta que quede bien, aunque no podes enroscarte mil años ja! Hay cosas que te da la experiencia, sabes que algo no tiene que quedar bajo, si grabas algo es para que se escuche, y en eso soy un obsesivo. Igual trato de aflojar en algún punto, ahora estamos grabando con Pájaro y no estoy yo en post producción, lo deje en manos de Hernán, el violero, y está bueno largar la manija.”


Pensando en el futuro charlamos un poco sobre los caminos que aparecen delante, tanto en formato solista como junto a Pájaro Diablo, “Como solista no tengo un plan de para donde quiero apuntar, a veces salen cosas y las dejo salir. Con Pájaro sí, estamos buscando algunas cosas medio funkosas, pero bueno ahora medio estamos descubriéndonos, ahora el grupo mutó, estamos con un nuevo batero y eso cambia toda la sonoridad de la banda, los gustos de cada uno cambian el sonido. Pero la idea es apuntar para el lado del funk. Te puedo decir que uno de los temas que redondeamos ahora nuevos tiene una sonoridad densa en cuanto al riff, y por otro lado una cuestión de sonido acústica con 12 cuerdas que va a quedar bueno, plantear dos mundos en una canción.”

El contexto y la actualidad aparecen en la mesa y siendo de la generación del disco físico, charlamos sobre las formas de difusión de la música de un artista o banda, piensa, toma un mate como afirmando lo que va a decir y larga, “Es interesante todo lo que está sucediendo. Vos de repente te planteas hacer un disco, lo haces, y uno plantea que se escuchen todas, en orden, con auriculares. Pero estas en una época, 2019, que si tenés una canción sola, andá, grabala y publicala en las redes, tocala en vivo. Es medio la mejor forma. Hoy también, si tenes 3 o 4 temas capáz es mejor grabarlas que esperar a tener las diez para un disco, porque te come la cabeza sino. Eso juega en contra, hablando del tiempo comiéndote la cabeza, ja! Bueno, si haces tres no tardas tanto. También podes hacer tres y esperar, tomarte el tiempo. Con Pájaro estamos laburando de a uno, tenemos uno cerradito y estamos empezando con otro, y en cualquier momento lo largamos, asique medio que estoy curtiendo las dos. Me di el placer de hacer mi disco igual, no sé si lo pienso comercialmente, lo pienso desde el disfrute.”


Ya llegando al final de la charla, nos metemos en las formas de encarar un trabajo de esta índole para un artista independiente y “Keta” opina desde lo técnico y los recursos con que cuenta, “Depende como quiera laburar cada uno, si querés grabar una batería súper profesional en un estudio como no sé, Romaphonic, es muy costoso. Por ahí no hace falta tanto, depende de cuánto exija uno de acuerdo a eso. Yo grabé acá, no es gran cosa pero es una linda sala que suena bien y te permite no salir a gastar un fangote de guita si tenés un buen lugar y buenos micrófonos, o si tenés un amigo que tenga eso, ja!”


Es inevitable meterse en el under antes de terminar la nota, consultado por esta polémica existente entre dos ramas del mundo de la música actual, le pregunto a Ernesto que piensa y que escucha del ámbito emergente y sin esquivar el tiro canta retruco, “Hay de todo en el under, obviamente hay cosas inventadas que se repiten, y hay otras bandas que yo escuché y digo, “che esto que hicieron no se lo escuché a nadie”. Sobreviento me gusta mucho, Catriel mismo, me parece muy piola. Algunas del interior, Usted Señalemelo, está llegando buena música. Está bueno lo que está pasando, pero hay tanto que hay que buscar viste. Yo escucho de todo, después si no me copa lo saco, pero hay cosas interesantes. En el interior del país hay bandas tremendas, en Córdoba, Santa Fe, Mendoza, tiene cosas que asombran y pensas que al final no está toda la movida en Buenos Aires como dicen.”

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