En la puerta de sus diez años, charlamos con Vueltas, la banda del oeste que sin levantar banderas partidarias, sale a militar el arte independiente.
Martes, fresco, empieza a caer la noche en la Ciudad de Buenos Aires. En el joven Berlina Vorterix del barrio de Colegiales nos encontramos con los chicos de Vueltas. La banda del oeste empieza a transitar su primera década en un gran momento profesional. A principio de año estuvieron en el Pre Cosquin Rock en Flores, muy cerca de sumarse a la cita rockera cordobesa, ahora vuelven en el marco de los ciclos de La Reina para celebrar diez años.
Dos discos encima, un presente económico que aprieta, que hace medir cada paso a dar para una banda autogestiva que avanza en la escena emergente. Condimentos que hoy configuran al grupo de Haedo al que le pone voz Agustín Cuenca. Pero estas limitaciones no hacen que las puertas abiertas no se aprovechen, así es que nos sumamos a la rueda de prensa que encaran en Berlina, una de esas puertas para difundir el laburo de Vueltas.
Birra de por medio, nos sentamos con ellos para charlar sobre la fecha, o al menos eso intentamos antes que la charla nos lleve para donde ella gusta:
Están camino a los diez años ¿Cómo se ven ustedes? ¿Creían que iban a estar acá después de una década?
Más maduros que cuando arrancamos seguro. Convencidos de que lo que hacemos nos trajo hasta acá. El esfuerzo, sacrificio, el trabajo en equipo y nuestra música construida como hasta ahora nos abrió puertas. Y después la constancia de no aflojar, nos bancamos todo. Tocamos en los peores bares y en los mejores escenarios, siempre lo tomamos de la misma forma. Creo que nos agarra muy fuertes, unidos. Tocamos por nuestros diez años y lo vamos a hacer a lo grande, por suerte se nos dio la oportunidad de hacerlo en Flores y la queremos aprovechar. Siempre igual tratamos de mejorar, nuestra economía no nos permite tener cosas grandilocuentes, pero siempre damos lo mejor. La gente lo recibe, ellos nos acompañaron desde el principio y son parte de esto. Si me preguntas que paso en diez años, nose si lo puedo responder, pero sí sé que vivimos muchas cosas y que estamos disfrutando de lo que nos pasa.
Dijiste que con la economía actual no se pueden hacer grandes cosas, ¿Cómo se toman las decisiones en el laburo cuando tenés que optimizar el mango?
En una banda como Vueltas todo está super pensado. Nada se debe dejar al azar. Ese poquito que tenemos, tratamos de explotarlo. Capaz hace un tiempo era un poco más fácil, pero hoy en día es muy difícil. Nos encontramos en la situación que se encuentra el país, queríamos grabar un disco pero la verdad es que no nos daba el presupuesto y tampoco sabíamos si la gente lo iba a poder comprar. Igual cuando usamos el ingenio salen cosas buenas, tenemos la necesidad de tocar, juntarnos, componer. Es lo que nos gusta. Hay cosas que no podemos manejar, no sabemos cuanta gente va a poder comprar la entrada, tratamos de tocar gratis, de poner las entradas más baratas. Tratamos de fijarnos en esas cosas y poder seguir tocando. Si no se generan shows o discos se generan otras ideas. Este año nos involucramos un poco más en la realidad de las redes sociales, los vídeos. Reversionamos temas de nuestro segundo disco con versiones más acústicas o diferentes. Presentamos “Doble Filo” del segundo disco, con un rapero. Eso también hace que se nos abra un poco la cabeza, incluir a alguien con otro estilo hizo que le demos bola a que hay otros estilos que están diciendo cosas. El rap le llega a los pibes, dicen verdades, nosotros fuimos pibes y quisimos decir cosas. Están pasando cosas, no te podes hacer el boludo.
¿Se puede hacer música obviando las cosas que pasan en la sociedad?
Es un compromiso mostrar una postura. A nosotros nos toca de lleno esto, somos una familia de trabajadores. Uno no se puede hacer el boludo, aunque el arte puede abarcar muchas cosas, alguien que escribe una canción de amor está diciendo algo también. A nosotros nos toca tan de lleno igual, que es muy probable que esta crisis hasta nos empuje a hacer buenas canciones. Esto ya lo vivimos en términos culturales, lo hizo Bersuit en su momento. Está bueno ese vértigo que te toca, es una responsabilidad pararse de un lado u otro. Desde que nos fundamos elegimos no portar una bandera política dentro de la banda, aunque todos sabemos de qué lado estamos y lo que tenemos que hacer en un momento como este. Desde nuestro lugar artístico logramos generar un espacio. Hace diez años hacemos un festival en nuestro barrio donde hacemos participar a artistas de distintas índoles. Ahí lo hacemos a beneficio de causas en las que creemos, bancamos la movida con algún buffet, pero garantizamos la calidad de sonido para que todxs puedan mostrarse. Esa es una parte de mostrar nuestro compromiso social. Elegimos no poner una bandera en frente de la banda, todos tenemos un compromiso político asumido que defendemos en el plano personal, pero como banda, somos claros en nuestro mensaje, aunque no portemos una bandera. El rock siempre estuvo culturalmente donde el estado se ausentaba, nosotros tratamos de honrar eso. Ponemos el corazón siempre porque sabemos de dónde venimos y hay que estar comprometidos con eso. Esta dictadura política arrasó la cultura, pero no podemos salir a decir lo que se nos canta el culo e insultar, hay que respetar, porque así enseñamos respeto a quienes nos escuchan también.
Son del oeste, un lugar que nos ha dado y nos sigue dando grandes bandas, ¿Hay entre ustedes algún tipo de unión con las otras bandas nacidas en los barrios del oeste?
Si! Se generó mucho en este último tiempo. Entre está situación que vivimos y una camada de pibes de entre los veinte y los treinta años, entendimos que cuando íbamos a ver a otras bandas que nos gustaban a nosotros veíamos esa hermandad. Ahí si a uno le iba bien, invitabas a una banda de amigos para que toque con vos, que corte ticket. Si tenés que ir a verlos, los apoyas, los apoyas a difundir un flyer, un evento, se hace. En el oeste se generó un colectivo que se llama “Fuego Oeste” que somos un grupo de entre veinticinco y treinta bandas donde están quienes tuvieron su gran momento y se han separado y vuelto, o han dejado de estar en ese lugar de privilegio. Ellos son maestros para nosotros, estar con ellos ahí es importantísimo porque quieren generar esa hermandad de nuevo. Volvimos a la vieja escuela, así le hicimos frente a los cierres culturales y políticos que a veces son trabas para las bandas. Siempre hay una salida, esa salida es juntarnos, dejar de lado los egos. Hay bandas que eso hoy no lo ven, caminan solos, suenan una radio y chau. Pero los que estamos abajo y creemos en esto nos estamos dando una mano entre todos.
Pensando en esa mixtura de edades en el colectivo del oeste que mencionaron recién se me viene a la cabeza que hubo bandas que seguramente tuvieron que sufrir el post Cromañón, que nosotros lo vivimos como público, ¿Cuál es el intercambio que hay entre esas dos épocas tan diferentes en el rock?
Mirá, por ponerte un ejemplo de una banda que vivió eso te puedo nombrar a Guillermina. A ellos siempre les fue muy bien, hoy festejan veinte años, ¡El doble que nosotros! Veinte años es una vida, y ellos siguen laburando. Yo lo viví como público, conozco miles de bandas y antros en toda la ciudad de Buenos Aires. Nosotros empezamos con Vueltas post Cromañón y fue un quilombo. La banda se influenció de eso, antes tenías que pagar que tocar, nosotros decidimos desde el principio no pagar para tocar, eso nos llevó al principio por un camino un poco más difícil pero interesante. Después de Cromañón hubo un vació de centros culturales y algunos lugares que no tenían que estar habilitados por falta de seguridad. Pero eso hizo un vacío que la gente no tenía a quienes ir a ver. Antes de Cromañón nosotros éramos chicos y existía eso de ir a un lugar a ver una banda aunque no la conozcas, en el Oeste, en Cemento. En Haedo las bandas importantes incluso tocaban en clubes o galpones, ponían un barcito para vender cerveza y tenías un recital cerca de tu casa. Todos los domingos en la estación de Haedo había un festival que ibas y conocías bandas. Eso se fue perdiendo, los jóvenes que salían de noche a buscar el rock en los barrios.
Más allá de las limitaciones económicas imagino que la necesidad de componer está, ¿Qué se hace con ese material nuevo por ahora?
Hoy justo estábamos charlando sobre eso. Paso mucho tiempo, vivimos muchas experiencias que nos avivaron. Aprendimos a tocar nuestros instrumentos, a hacer canciones, ahora apuntamos a hacer una buena pre producción interna aprovechando los lugares que se presentan. Respetamos que todos podamos traer nuestras letras, nuestra música y de todo eso sacar algo lindo. Por ahora tenemos muchas ideas separadas, pocas tienen forma como maqueta, pero ahora estamos en planes de muchas ideas sueltas. Suponemos que después del festejo de los diez años vamos a enfocarnos en eso probablemente.
¿Si tuvieran que pensar en el momento actual de la banda, como se ven?
Hermanos, amigos, familia. Somos los mismos pibes que fuimos pero con más ideas, ganas proyectos. Nunca nadie nos regaló nada, todo lo que nos pasó, las puertas que se abrieron, hicimos las cosas bien para que se sigan abriendo. Si pones una foto de Vueltas en 2007 vas a encontrar a los mismos chabones y chabonas con el mismo espíritu. Mantenemos el espíritu vivo de no aflojar, dejamos todo por eso. Lo hacemos con pasión, con amor, y con mucho respeto por la música.
Vueltas se presenta el próximo 17 de agosto en otro ciclo de La Reina en el Teatro Flores (Avenida Rivadavia 7806) para festejar sus diez años de banda. Las entradas se consiguen en TuEntrada.com a $200.