El cuarteto formado este 2019 en tierras porteñas sale a la cancha con su primer EP homónimo. La canción como bandera y una mixtura entre lo clásico y lo moderno resumida en 12 minutos.
Los muchachos de The Vostok debutan en estudio con su EP homónimo, primer material para mostrar su música. Cuatro canciones que comparten un ADN similar, que juegan con el pasado y el presente musical que influencia a sus integrantes. La canción como bandera parece ser el lema de esta banda que aún conserva raíces de lo que fue La Parla de Raviolo, matriz que supo albergarlos hasta hace no mucho tiempo. En el plano musical aparecen, como ellos aclaran, las influencias de Foo Fighters, Queen of the Stone Age, Oasis, o referencias más modernas como The Strokes.
Yendo al material propiamente dicho, arranca con Flores Negras. La voz de Quinteiro sale al frente acompañado de un rasgueo intenso, pocos segundos y la canción explota con una base frenética que entra rápido en el gusto de quien oye. La prescencia del rock alternativo, posterior al grunge, aparece en la furia visceral que tienen los instrumentos detrás de una letra fácil de asimilar. El cierre le cede el protagonismo al bajo de Desulovich que se despacha con un riff excelente.
En Del Viento el arranque tiene un tinte más Oasis, una secuencia de acordes clásica en la púa de Mariano Romano que aporta su acústica en lo que resta del EP, un estribillo pegadizo y algunos cortes interesantes para darle otros matices al tema. La cercanía a la banda de los hermanos Gallagher tiene puntos de contactos en la personalidad de los solos que pone Quinteiro, aunque la distorsión que acompaña le da un tinte más pesado.
Jinetes tiene destino de fogón. La viola clara, la melodía de la voz y hasta las liricas nos hacen imaginarnos toda la canción en un perfecto acústico. Vale mencionar que el factor eléctrico entra sin forzarlo para terminar de darle cuerpo de estudio. Desde el fondo Greco no tarda en volverse el motor de la canción con un golpe perfecto para darle poder sin perder el carácter intimo que nos genera en un principio este tema. A gusto de quien escribe, el mejor de los cuatro.
El cierre tiene un tinte más rockero y pesado. Viajar en Sueños empieza con un machaque con una distorsión poderosa, Quinteiro le pone voz con un recitado que se va volviendo canción con el correr de los versos. El tema sube y baja constantemente, propone tramos más eléctricos, luego vira hacia una bajada más acústica que nos prepara para la explosión final. Un tándem muy bien logrado.
El recorrido por el EP de The Vostok es ágil, cumple su función, que es presentar una banda nueva. Nos permite despegarnos de la imagen de La Parla de Raviolo para abrazar un proyecto que en 12 minutos logra tomar personalidad y augurar un buen disco en el futuro. Para quienes gusten del blend entre las clásicas violes de los Gallagher, la furia del rock alternativo, con un giro introspectivo moderno, The Vostok será una gran propuesta. Salud!