Una de las bandas históricas del heavy nacional presenta su quinto disco de estudio con la participación del “Tano” Marciello y la producción de Hernán Garcia.
25 años de carrera no son poca cosa. Mantener la calidad intacta tras tanto recorrido juntos tampoco. Arcángel lanzó La Furia del Sol, su nuevo disco, con identidad clásica y lugar para algunas de las nuevas influencias del género metalero. El power trio apuesta por la melodía vocal que tan bien sabe explotar Germán Philippens, sumando una base de heavy familiar a todo metalero de escuela.
Antes un poco de historia. Arcángel nace en mayo de 1995 en Mendoza, hace ya 25 años. Está formada por Germán Philippens en voz y guitarra, Alejandro Vélez en bajo y coros, y Germán “Ceja” Ramos en batería. A lo largo de su carrera logró consolidarse en la escena nacional, además de sumar seguidores en giras por todo Latinoamérica e incluso en España. Al momento cuentan con cinco discos de estudio: Arcángel (1999), Fuego Interno (2001), Al Amparo del Infierno (2010), Y Lleve Fortaleza (2016) y el mencionado La Furia del Sol (2020). Además, cuenta con un disco en directo, Bien Vivo (2003) y un DVD, Pese a Quien le Pese (2006).
La Furia del Sol, su trabajo más actual, fue grabado durante los primeros meses del 2019 en Estudio el Pie y Bosques Estudio. Contó con la producción de una figura de renombre en el heavy nacional: Hernán García, ex miembro de bandas como O´Connor, Alakran o Habeas Pornus. Este disco además cuenta con la particularidad de haber sido producido por las y los propios seguidores de la banda. A través de la preventa del material físico fueron quienes siguen Arcángel los que lograron financiar el álbum.
Nos metemos en el disco. Como dijimos anteriormente, la propuesta es un heavy metal clásico. Riffs furiosos, una buena base rítmica y la voz melódica de Philippens al frente. En las primeras canciones, “Buena Vida” y “El Desvío” es en las que más se percibe una influencia de bandas como Rata Blanca, Iron Maiden o Judas Priest. “Dale Animate” se acerca más al thrash, el machaque sucio acompaña toda la canción, la viola cede virtuosismo para darle más vigor a la pared musical con el resto de los instrumentos. En “El Saber Demoledor” nuevamente Philippens hace gala de su voz para darle la introducción a un tema que recibe influencias del new metal de este siglo. Intercalan la base clásica con algunos sonidos modernos y un poco más industriales.
El disco lo parte al medio “Vacío”, una power ballad clásica que juega con una guitarra acústica para darle a la canción un tinte más intimista. Luego sigue “Cuesta Nada el Manicomio”: vuelve la distorsión y un estribillo pegadizo con aires de radio. En este tramo del disco hay algo del Metallica más rockero del álbum Negro, tendencia que continúa en “Matarresaca”, otro bien poguero y pegadizo. Incluso más rockero que heavy. Se empieza a despedir con “Curanto de mi Cabeza”, un metal pesado más denso, con cortes muy marcados y la presencia estelar del tacto de Claudio Marciello en la guitarra como invitado. Finalmente se despide reversionando “Noticias de Ayer”, clásico de los Redonditos de Ricota. Una versión poderosa, metalera y popular que deja un fin de disco caliente y arriba.
La Furia del Sol nos propone un recorrido que arranca en el heavy metal clásico, se permite jugar con tendencias modernas y luego da paso a una cara más rockera de Arcángel. Las líricas desandan el día a día del laburante y hacen base en su Mendoza natal. Son nueve canciones que mantienen un ritmo alto durante todo el disco, lo cuál es doblemente destacable en tiempos de EPs y escuchas fugaces.
Más de dos décadas y media de recorrido ponen a Arcángel entre las bandas pilares del heavy nacional federal. Referencia en Mendoza, con grandes experiencias a lo largo y ancho de Argentina y en todos los países de habla hispana. Siguen pisando fuerte con un disco maduro que logra demostrar que el metal sigue vivo y fuerte en tiempos de nuevas influencias.