RCI habló con Río Arriba y en medio de su periplo de canciones, historias, salud y amigos paramos un rato la oreja, si todo Contra la Corriente.
Es doctor y músico: ¿queda mejor músico y doctor no? Otra evidencia más de que la música todo lo puede. Río Arriba es creado en libertad pero ve la luz en cautiverio, tomamos las pistas de este doble desafío y espiamos por una ventana imaginaria a la cocina de Contra la Corriente.
En momentos de desafíos constantes, Facundo Nogueira logró materializar un disco en su proyecto musical “Rio Arriba”. Once canciones le dan cuerpo a Contra la Corriente, repertorio de su autoría pero atravesado por los distintos músicos que participan en él. El disco es armonioso, parejo de comienzo a fin en su “metraje”, “Amor de a ratos” en una prueba cabal de los caminos que va a recorrer Río Arriba durante todo su camino Contra la Corriente.
-¿Qué es Río Arriba? ¿Un amor de a ratos?
- Río Arriba es el cuerpo y alma de mis canciones. No sé si una empresa, una fábrica seguro. Todo amor es de a ratos, podrán ser más largos o más cortos, también tienen sus momentos de conexión y desconexión. Es cómo conjugar la medicina y la música. Hoy no sólo conviven, sino que ser médico me ayuda a ser músico y compositor y la música es fundamental en mi profesión.
El trabajo continúa con “Paredes Grises”; “Sueños de Cartón” (canción que se torna peculiar con el dato de que Facundo es especialista en sueño). Le siguen “Duerme hijo mío” y una versión muy sentida de “Durazno sangrando” de Luis Alberto. “Gud Morning Constitución” es el fiel retrato de cómo un pibe que viene de Santa Cruz ve desencadenada la furia de un urbe como es la de Buenos Aires.
¿Qué es para vos Rio Arriba?
Nace de la necesidad de darle vida a un montón de temas que se fueron juntando con los años, que intentaron tomar forma en otros proyectos, que no prosperaron. De la búsqueda de un grupo humano, que se transformara en una banda. Ensayo y error, encuentros y desencuentros. Hasta que después de un año de ir y venir toma forma un sexteto de músicos.
Contame de la gente que formó parte.
Tuve la suerte de contar con uno de los mejores trompetistas, sino el mejor, de la historia del Jazz argentino, Américo Belloto, grabó en “Amor de a ratos”. Christine Brebes, que formó parte incluso por mucho tiempo de la banda de Charly García, tocó en “Sueños de Cartón”. Florencia Rovere, nos regaló su hermosísima voz, también participaron Francisco Fernández, José Luis Lopetegui, Sebastián Prada y Hugo Grosso, todos músicos y amigos fantásticos. Y me di el enorme gusto de que graben también mis tres hijos, Julieta, Manuel y Santiago. Hacer música con tus hijos es algo indescriptible.
Ya sobre el final del disco están “Indiferencia” ; “Como explicarte” y “Necesito verte” que por un rato y sobre el final invoca al himno de mi corazón para despedirse de a poco junto a todos los músicos que dejan su huella en este registro. “Huinca Ruca” continua con el homenaje, quizás más íntimo esta vez. “La vida es un instante” es la canción que despide a Contra la corriente suspirando sus últimos acordes.
¿Algo más? Hable ahora o calle para siempre…
Contar que soy un afortunado y un agradecido por hacer lo que me gusta. Por haberme cruzado con estos amigos músicos con los que pude armar este proyecto. Contar que la clave fue tratar siempre de disfrutar el proceso, hacer canciones saboreando cada momento, compartiendo el acto creativo con gente muy talentosa, sin pensar en el final, en el resultado, en metas. Si algo pasa con estos temas mejor, en todo caso será consecuencia de lo que hemos generado, de la suerte o de lo que sea. Pero para nosotros la ganancia neta fue el proceso en el que nos embarcamos en estos dos años y que continúa con nuevos temas. Qué la única virtud importante fue haber creído que se podía.
Al fin y al cabo, hacer música es una forma de sentir la vida, una necesidad, un canal de expresión, un medio, no un objetivo. Las veces que me lo han prohibido no he podido aguantar mucho tiempo sin ella.