Un cáncer de laringe mal diagnosticado lo venció el pasado 30 de junio. El adiós a un tipo que siempre estuvo más cómodo en su Valentín Alsina natal que rodeado de flashes.
Se fue Gady Pampillón. Uno de esos tipos raros de encontrar y lindos de conocer en la escena nacional. Violero, guitar hero y fanático de los motores. Tuvo su cuarto de hora en la fama cuando a mediados de los ochenta tocó junto a Patricia Sosa y Oscar Mediavilla en La Torre. Pero la fama no era la cancha de Gady, lo de él era el under. El barrio, su coche, sus amigos, el eterno Samovar en La Boca donde se juntaba a zapar con artistas de la escena emergente.
Falleció a los 58 años victima de un cáncer de laringe mal diagnosticado. Hacía rato venía pidiendo ayuda, explicando que la “burocracia estatal” le estaba poniendo palos en la rueda para conseguir su medicación. Muchos músicos de la movida buscaron darle una mano con algún recital a beneficio para juntar guita y así poder pagar la costosa medicación que necesitaba para mejorar. Cuando la consiguió era tarde. “A mis amigos queridos, que se interesan día a día por mí, paso a ponerlos un poquito al tanto de mi salud. Sinceramente me siento muy deteriorado, casi no puedo caminar o lo hago con mucha dificultad para moverme, y no parezco mejorar de ninguna forma; días buenos, días malos, también sé que tengo que darle el tiempo necesario de acción a la medicación, y soy muy impaciente”, expresó en sus redes hace algún tiempo, anunciando un amargo final.
Oriundo de Valentín Alsina, barrio obrero. Si bien la carrera de Gady siempre estuvo ligada al blues y al rock, sus comienzos fueron un tanto más metaleros. Fundó la recordada Alakrán allá por 1983 junto a Mario Ian y Yulie Ruth. Conoció rápido el éxito: en 1985 se sumó a La Torre, grupo liderado por Patricia Sosa y Oscar Mediavilla. Con esta banda fue reconocido internacionalmente, aunque no era lo que más lo movilizaba. “Ya se me pasó el cuarto de hora. Igual, haber jugado en primera es jodido. Sufrí mucho esa parte”, expresó años después en una nota con Página 12. En 1990 se suma al grupo madrileño Tarzen, junto a los hermanos Peyronel. Un trotamundos. Formó Gasolina en 1991, banda con la que tocó hasta 1995 cuando se decidió por iniciar su carrera solista.
En los últimos años sacó junto a La 4x4 dos discos: Conventillo del 2009, donde se vuelca de lleno al blues y ryhtmn & blues; luego llegó Long Play, más rockero que su predecesor, aunque sosteniendo la impronta blusera que tan bien le sentaba a Gady cuando se colgaba las seis cuerdas.
“Me estoy muriendo, y yo me quiero quedar acá”, expresó en Twitter hace no mucho tiempo. Pero la función para Gadi se terminó pronto. Un tipo que es héroe y mito de las calles de su barrio y la escena emergente. De los olvidados por los flashes, como Alambre González, Nacho Smilari o Ricardo Soulé. Esos que siempre estuvieron más cómodos en un bar, con amigos y poca gente, caminando sus calles y tocando con miles de bandas cada semana. Se fue escuchando “Riviera Paradise”, con la sensibilidad de Steve Ray Vaughan como compañía. De este lado se lo va a extrañar, en el barrio, donde el tipo era feliz.