Muchos son los interrogantes que tiene la humanidad: ¿cómo se hicieron las piramides? ¿Por quién fuimos creados? ¿Por qué Natalia Oreiro es conocida en Rusia y la idolatran? Para esta última, hay respuesta.
Hace unas semanas se estrenó el documental Nasha Natasha, que retrata la gira de Natalia Oreiro por Rusia en el 2014. En él se pueden ver los inicios de la cantante y actriz, su recorrido y cómo fue que es un ícono en países tan lejanos al nuestro. Nasha Natasha en ruso significa Nuestra Natalia; es un documental que dura tan solo una hora y doce minutos. Comienza con la canción que marcó a una generación - y también un flequillo que tanto admiramos-, “Tu Veneno”.
El film es un auténtico documental, pero escapa al cliché de las giras tortuosas y los reflectores. Registra a Natalia viajando de acá para allá, a Rusia y sus paisajes. Mucha nieve, mucha inmensidad. Puede ser que esto sea consecuencia de que el material filmado no fue pensado para un documental, sino para registro personal.
Oreiro nació en Uruguay, pero hay dos países que la han adoptado como propia. El nuestro, Argentina, y también Rusia. Se puede entender que desde Uruguay haya llegado hasta nuestro Buenos Aires. La cuestión es, ¿cómo Natasha se ganó el corazón de los rusos? Bueno, el documental un poco busca encontrar una respuesta a esa incógnita.
Sin spoilear, les puedo contar que la respuesta tiene un punto crucial, la telenovela “Muñeca Brava”, que fue una producción del canal Telefe en el año 1998, protagonizada por ella y el galán de turno, Facundo Arana. Lo que me llamó la atención de los relatos del documental es que sus fanáticas rusas hablan de cómo esa novela vino a romper con la protagonista mujer que se la pasaba llorando por los rincones.
La Cholito es el personaje que interpretaba Oreiro, que pertenece también a otra época más allá de lo que hoy podamos decir. Pero sus fans destacan cómo ella contestaba, tenía mucha actitud y era muy graciosa. Cosa que se alejaba de esa mujer llorona y con la que se podían identificar fácilmente.
Pero para mi hay una escena que se lleva todos los laureles y que solo por ella merece que todos veamos el documental.
Natasha durante sus shows, en terreno que alguna vez fue parte de la Unión Soviética, hace subir a sus fanatiques al escenario para bailar y cantar Gilda junto con ella. Rusas y rusos bailando el paso de Gilda hace que se te pongan los pelos de punta.
El film fue dirigido por Martín Sastre, quien es uruguayo, amigo de la artista y tiene abuelos rusos. Natalia estuvo metida en la producción. Pero no es la primera vez que la artista se mete de lleno en un proyecto. En la película “Gilda: No Me Arrepiento de Este Amor”, dirigida por Lorena Muñoz, fue clave su participación y su empeño por llevar a la pantalla grande la vida de nuestra cantante popular de cumbia más querida.
Otro gran largometraje espectacular en donde fue dirigida por una mujer fue en “Wakolda”. Peliculón que protagoniza junto a Diego Peretti, que relata una historia atrapante sobre el médico Mengele, un criminal nazi, que se refugia en la patagonia argentina.
Un dato curioso que me cruce leyendo es que Natalia que hace poco se creó una cuenta de Instagram; tenía desde hace años un perfil en la red social rusa VKontakte y desde allí compartía contenido a sus fans. O de la polémica en el 2018, el año del mundial de fútbol en Rusia, cuando Natalia fue a una radio estatal para ser entrevistada. La cantante estaba usando una remera con los colores del orgullo LGBTIQ. Además en diciembre de 2016, mientras realizaba un concierto allí, mostró la famosa bandera de franjas multicolor del colectivo que es oprimido y censurado en ese país.
Natalia Oreiro es una mujer del cine, la televisión, la música. Es un exponente. Ella es la que se encarga de sus shows, la puesta en escena, luces, coreografías, vestuario y más. Por eso es que la uruguaya, que fue invitada por la embajada rusa a tener la ciudadanía de ese país y hasta fue una paquita de Xuxa, es reclamada por todos nosotros y por suerte hay Natasha para todos.