¿Por qué nos cuesta tanto hoy seguir deconstruyendo nuestras costumbres “rockeras” y no toleramos las fusiones con los estilos musicales que hoy toman fuerza?
Fuente: InfoCielo
Que difícil se torna a veces la deconstrucción. Como cuesta romper estereotipos, tradiciones culturales, prácticas o pensamientos que ni siquiera son de nuestros tiempos y las metemos erróneamente en el llamado “sentido común”. Usamos el sentido común muchas veces para querer desestimar una idea que no cuadra en nuestra visión, por otra que posea cierta aceptación general. Como si el sentido común fuera una especie de deber ser, por el simple hecho de que la mayoría lo considera la manera razonable de juzgar. La realidad es que el término denota cierta tendencia hacia el razonamiento cultural lógico de las cosas, pero al mismo tiempo, el sentido común es una construcción social; o sea no es algo dado, se moldea. No hay algo real que lo pondere por sobre otro pensamiento.
Sin irse tan al extremo y siguiendo con esta idea, el rock como fenómeno cultural siempre se posicionó como sinónimo de rebeldía, de cambio. Un movimiento de ruptura que siempre articuló diferentes expresiones artísticas en pos de la emancipación y la liberación, o al menos así se pensaba en otras épocas.
Entonces, si crecimos escuchando bandas que transmitían en mayor o menor medida este mensaje, si crecimos viendo cómo Bob Dylan fusionaba el folck clásico con una guitarra eléctrica, si nos deleitamos con Hendrix y su monstruoso blues eléctrico y desaforado o fuimos testigos de la repercusión del nu metal, combinando el rap, el hip hop y el metal. ¿Por qué nos cuesta tanto hoy seguir deconstruyendo nuestras costumbres “rockeras” y no toleramos las fusiones con los estilos musicales que hoy toman fuerza?
Vamos al punto.
En los últimos días, las redes sociales se convirtieron en el cuadrilátero digital de una nueva polémica que tiene al Indio y al rapero Wos como protagonistas. Aunque la mayoría de estos cruces se suelen dar en Twitter, lugar donde los usuarios aprovechan al máximo los limitados caracteres para despotricar toda su ira e inconformismo, esta vez la polémica tuvo lugar en Instagram.
Todo comienza luego de que la cuenta @redondossubtitulados, la cual posee más de 51.000 seguidores (se dedica a la difusión de toda la obra ricotera) subiera una imagen del disco Luzbelito (1996) pero con la particularidad de que en vez de aparecer la imagen habitual realizada por el artista plástico Rocambole, encontramos la cara del cantante Wos con la leyenda "LUZDELITO".
Esto generó en los fanáticos del Indio un malestar bastante generalizado y una catarata de críticas que tildaban la imagen como una falta de respeto hacia la obra de Los Redondos. Lo interesante es que si nos ponemos a ver la cantidad de comentarios ofensivos, conservadores o tradicionalistas que no pueden concebir que su santa “iglesia” sea ultrajada por un artista de rap (que nada tiene que ver con el género ni la obra de los Redondos), los fanáticos utilizan las mismas frases de las canciones de Los Redondos para sostener su argumento: "Este mundo, esta empresa, este mundo de hoy". Siendo que el mismo Indio salió a bancar a Wos. Ojo, también encontramos gente que se abstrae de estos cánones básicos del rock y del sentido común pudiendo apreciar las cosas como son; como una intervención artística.
El Indio siempre fue un tipo pionero, siempre estuvo a la vanguardia musical y sabe reconocer el arte cuando se le presenta. Al parecer se molestó con uno de los comentarios que tildaban a la imagen de “impresentable” y salió a defender firmemente a Wos.
"No sean jodidos che, ese muchacho se dedica a otro género musical y tiene su talento. No sean rivales de un músico. No está bueno. No les gusta no compren sus soportes y no vayan a ver sus shows, ¿pero agredir a un músico? Mmmmm".
Esta no es la primera vez que el “Mister” sale a bancar a “Wosito”. En una entrevista con El Destape Radio, hace exactamente un año, el rapero se confesaba fanático de la obra de Los Redonditos y comentaba cómo fue el proceso de grabación de "Luzdelito", canción de su primer disco Caravana (2019), utilizando como base el riff de Luzbelito. Algo que realizan actualmente muchos artistas, como por ejemplo Eminem cuando utilizó un loop de Peteribí canción del Flaco Spinetta y nadie le salió a matar. Ese día de la entrevista, el Indio le hizo llegar una copia autografiada de su libro “Recuerdos que mienten un poco” a Wos quien lo recibió muy emocionado.
Otro que se manifestó fue el dibujante y tatuador que realizó la imagen desde su cuenta @cologede: “Veo que muchos se enojaron con mi dibujo”. Y agregó: “¡No se calienten che! ¡Tanto al Indio como a Wos les gustó! Además, ¿para eso esta el arte y más aún el rock, no? Para no respetar estándares impuestos y jugar. Quizás entendí mal el rock y el arte toda mi vida y hay que ser conservadores…”.
A ver, podríamos considerar esto ya algo normal, o no. Luego de la polémica de la canción Sangría y los dichos sobre el nuevo rock and roll, sabemos que hay una gran cantidad de gente del palo del rock que ve estos hechos como aberrantes o los considera una falta de respeto contra su propia identidad y la esencia del rock; y en algún punto es entendible. Si naciste a mediados o finales de los 80, en tu adolescencia te encontraste con una multiplicidad de subculturas o tribus urbanas que reproducían determinadas ideas, valores estéticos y costumbres que no podían cruzarse con otras bajo ningún concepto. Osea, si aparecía un "rollinga" en un recital de 2 Minutos había altas probabilidades de que ese flequillo no sobreviviera a dos temas completos. Quizás exagero con mi ejemplo pero, la cuestión es que crecer con etiquetas y limitaciones dogmáticas, a veces hace que ese pensamiento perdure en el tiempo y sea más complicado adecuarse a los cambios culturales; sobre todo cuando estos intentan demostrar que el arte y la música, en realidad, están por encima de las etiquetas y las limitaciones genéricas o estilísticas.
Si hay algo que no podemos negar, es que al rock le sirven los Wos. Le sirven artistas del nuevo mundo que intenten tomar la posta, escupir realidades y vincular a la juventud con esa música de la que nos enamoramos y ya hace rato perdió su espíritu.
Cuesta correrse, abrir la mente, que las nuevas tendencias no molesten al rockero de pura cepa que glorifica al rock como la verdad de la milanesa y no tolera ciertas fusiones o nuevas tendencias. El sentido común suele ser dogmático, estrecho, no le caben las cosas nuevas, es conservador y se empecina en mantener las cosas como son. Creo que en los tiempos que corren, tan empapados de cambios y desmitificaciones culturales, seguir usando al sentido común como arma descalificadora o como bandera no nos sirve de nada y menos relacionándolo con la música.
Lo cierto es que en estas intervenciones atemporales, tanto el dibujante como Wos se convierten en un vehículo que conecta a esta generación con otra para seguir manteniendo viva esa esencia rockera y esas ideas rupturistas del Indio que tanto nos volaron la cabeza en nuestra adolescencia.
De todas formas, las posturas antagónicas existen y nutren el debate. Hay quienes pensarán que “Se puso más careta que un cura la cultura del rock” como también seguro existen quienes piensen que “El futuro llegó, hace rato” y se reconfigura constantemente.