Nos pegamos una vuelta por el Blockbuster de los recuerdos en esta historia que llegó para ser el boom de Netflix. Analizamos esta serie a la que llegamos todos tarde y donde nada es absoluto.
La nostalgia en algo que cotiza en bolsa en muchos aspectos, uno de ellos, las series. Sus personajes desarrollan muchos grises en sus personalidades dando una vuelta por nuestra nostalgia con esta “secuela” de Karate Kid. Pero Cobra Kai no es sólo eso, pasados los 80` nos encontramos con un Johny Lawrence, nuestro anti héroe (el malo de Karate Kid), en una vida que es un desastre con una relación abusiva con el alcohol y con un trabajo que odia. Cualquier similitud con nuestras vidas es pura coincidencia.
Si bien la serie se estrenó hace dos años en Youtube, desde que Netflix la agregó a su catálogo fue que dio el salto al mainstream, para los amantes de Karate Kid y para los que no también. La llegada al presente encuentra a Daniel Larusso mucho mejor parado de Johny Lawrence, dueño de una agencia de venta de autos promete “patear a la competencia” en alusión a lo sucedido en 1984.
La serie se centra en el personaje de Johnny Lawrence, en el desastre de su vida y cómo a través de su vecino víctima bullying y de algunos giros super cinematográficos, éste decide reabrir Cobra Kai. Acá se planta la semilla que va a crecer durante la serie, que con mucho humor y sin recurrir a golpes bajos te cuenta el ascenso de Johnny hacia, ¿la redención?
Cobra Kai oscila entre las facetas más oscuras de sus personajes con sus momentos de luz. Esto hace que funcione perfecto en doble función, muestra por un lado que nada es absoluto y que todos podemos ser “los malos y los buenos de la peli” dependiendo de la perspectiva sin definirnos de un lado pero también hace que nuestra postura o amor hacia algunos personajes vaya y venga todo el tiempo.
Lo más loco, en retrospectiva, es que quizás a partir de esta serie estemos más del lado de Johnny que de Daniel...
Este monumento a la nostalgia cuenta con dos temporadas y se ha confirmado la producción de la tercera. En un formato de 10 episodios de 30 min aproximadamente cada uno, Cobra Kai es la dosis justa de humor, aventura, amor adolescente y drama. Quien escribe no es erudito ni mucho menos pero a esta serie le damos 5 Fideles, la puntuación máxima que este medio puede otorgar.
¿Pero quién carajo necesita otra secuela? Nadie, pero esta está bárbara.