Comenzó como un spin-off pero terminó haciendo historia.
Jimmy McGill, Saul Goodman o Gene Takovic, da igual el nombre. Se acabó una historia con un guión fantastico que usa el drama y la violencia como estretegia para sumergirse en su personaje mas profundo y pintoresco. Esta es una historia de amor, atravesada por la vida del famoso abogado.
De camino a la redención hay un infierno o varios.
Durante la temporada final no se hizo otra cosa que plantar evidencias, pruebas, ideas y caminos hacia su desenlace, que si, es mucho más fácil de leer con el diario del lunes pero que paso a paso nos iban acercando una verdad no tan clara. El círculo cerró y Jimmy pasó a Saul para volver a Jimmy, aunque nos quedó claro algo, nunca pudo ser Gene. Se cerró también un universo de calor en Alburquerque con actores con performances de la ostia, historias crudas y demonios necesarios.
Hasta cuando se vio acorralado en un tacho de basura en Alaska o luego frente a una horda de abogados sumando sus siglos por condenadas dejó de ser ese astuto abogado. La escena donde construye un relato transformaría 90 años de condena a 7 es espectacular pero más maravilloso es como, ante la jueza, él mismo se encarga de destruir ese acuerdo con tal de no arrastrar a Kim Wexler.
Su mejor socia y su único amor.
El 15 de agosto del 2022 ya es una efeméride en el mundo de las series e independiente del lugar que ocupe Saul Goodman en los rankings , listas y recomendaciones damos por finalizado un relato que lejos de ser un spin-off oportunista, es una historia de redención de un tipo que hizo todo mal hasta que hubo que pagar los platos rotos. “No se murió ni escapó, afrontó las consecuencias” diría en un audio verborrágico el colega de esta media, Nehuen Gusmerotti.
Fumando un puchito, más aliviado preso que libre, con la única persona con la que pudo ser él mismo, se despide en blanco y negro. Old fashion recupera su alma a la luz que se cuela por las rejas de la prisión ADX Montrose.
Adiós Alburquerque, te vamos a extrañar.
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