Hay personajes en la historia nacional que tienen papeles trascendentales que cumplir. Ese fue el caso del ítalo-argentino llamado a salvar al rock nacional cuando estuvo a punto de morir.
Cuando escuchamos en un asado un disco de Los Redondos, una canción de Soda Stereo o hablamos acaloradamente de la trascendencia de Charly Garcia y Spinetta, tenemos naturalizado el poderío del rock. Incluso hoy que está en jaque, los rockeros nos jactamos de este hermoso género popular que nos alimenta el alma desde hace más de medio siglo. ¿Pero sabemos que tan cerca estuvo de desaparecer? En los trágicos sesenta en la Argentina. Cuando a la dictadura de 1966 se le sumó la disolución de la tríada fundacional: Manal, Los Gatos y Almendra. La convocatoria a los shows bajaba y las grandes discográficas no acertaban en sus manejos. Fue en esos años que Billy Bond apareció en escena para ser guía de una transición necesaria.
Fue en La Cueva de Passarotus, bar mítico de la city porteña. Cabaret, devenido en jazz bar, que luego por sugerencia del joven Billy Bond mutó a Cueva Beat. Ahí empezaron a coexistir las figuras más importantes del rock nacional. Sandro, Litto Nebbia, Miguel Abuelo, Tanguito, Javier Martínez, Claudio Gabis. Se le sumaban los jóvenes más talentosos de la “nueva camada”. Los Spinetta, Pappo, Vitico, entre tantos otros. Cuando el vacío empezaba a reinar en el género, La Cueva fue un nexo. Entre jams, tragos y noches, el rock sobrevivió a una posible extinción. Mientras, “El Bondo” gestionaba lo que sería una de las super bandas más importantes del rock nacional.
Bond sostuvo en La Cueva a varios de los músicos que años más tarde pasarían por La Pesada. En plena dictadura cívico militar, mientras el movimiento del rock nacional tomaba fuerza propia, los allanamientos en el local de Pueyrredón 1723 eran moneda corriente. Los músicos eran detenidos con frecuencia y luego de dos bombas colocadas en la puerta del local, este cerro en 1967. La Cueva ya había cumplido su rol en la historia.
En 1970 Bond comienza a reunir a estos músicos reconocidos en una banda abierta. En La Pesada podemos encontrar a los nombres más importantes del rock nacional de aquellos años. En el primer disco editado en julio de 1971 tenemos a unos veinte artistas repartidos en las ocho canciones dónde “El Bondo” se da el lujo de juntar a Pappo y Spinetta en un mismo grupo musical. Además, Lebón, Smilari, Vitico, Javier Martínez, “Pomo” Lorenzo o Black Amaya son algunos de los nombres más destacados de esa icónica “selección” de artistas nacionales. En el segundo volumen de la banda, La Oreja (1972) se refleja mucho más aquel sonido gestado en las jams informales de La Cueva.
Con su popularidad en auge, La Pesada se presenta el 20 de octubre de 1972 en un fallido recital en el Luna Park. Un viernes que prometía reunir en el icónico recinto porteño a Aquelarre, Color Humano, Litto Nebbia, Pappo´s Blues, Pescado Rabioso y La Pesada. La represión policial comenzó antes del show, para cuando salió La Pesada, la platea se encontraba casi vacía. Ante este escenario, Bond invitó a quienes se encontraban en sectores más baratos a copar el frente. Eso desencadenó una batalla campal sobre las butacas y vallas del lugar. Medios de la época responsabilizaron a Bond por una descontextualizada frase “¡Rompan Todo!”, aunque los músicos y mayor parte del público recuerdan que el conflicto comenzó mucho antes de la salida de la banda. La expresión de Bond fue una expresión de fastidio. Años después declaró “Las entradas eran muy caras, el Luna Park explotaba y los pibes de atrás se quisieron ubicar mejor. En eso, el dueño, Tito Lectoure, apareció con la policía, que daba palazos a mansalva”.
Luego de esa noche en el Luna Park el camino de La Pesada empezó a desdibujarse. Lanzaron dos discos más: Tontos (1972) y Volumen 4 (1973). En medio del caldo de cultivo que adelantaba el próximo golpe militar, varios músicos comienzan a emigrar del país. El asesinato de Tanguito, amenazas hacía su persona, hicieron al Bond decidirse a partir en 1974. Se exilió en Brasil junto a Claudio Gabis y Alejandro Medina, poniendo de esa forma el punto final a La Pesada.
En Brasil Billy Bond siguió ligado a la música, tanto argentina como local. Su trascendencia para la consolidación y supervivencia del rock nacional fue vital. Fue el puente necesario entre aquellas incipientes bandas y todo lo que supo venir después. Desde su gestión en La Cueva dónde esas dos generaciones tuvieron un lugar de encuentro, hasta La Pesada y la coexistencia musical de los más grandes de la época. Billy Bond es el salvador del género más importante de la segunda mitad del siglo XX en nuestro país. Hoy cumple años, y que mejor forma de celebrarlo que reconociendo su importancia para nuestro querido rock nacional.
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