El histórico guitarrista de metal pesado argentino habló sobre el futuro de la banda junto a Ricardo Iorio. Además, los 20 años de Puesto en Marcha, los próximos shows de CTM y sus comienzos en la música.
Claudio Marciello y Almafuerte. Dos nombres vinculados fuertemente a la esencia del metal pesado nacional. Es imposible disociarlos. “Yo soy guitarrista de Almafuerte, nunca me fui de la banda”, declara con firmeza. Hoy celebra más de veinte años de trayectoria como solista. Tiene décadas de patear las calles de su San Justo natal, del sur, del norte. De todo lo largo y ancho de la patria. Superada, esperamos, la etapa más cruda de la pandemia, también está retomando los recitales en vivo. La Plata, Obras, Córdoba, Bahía Blanca. Y la máquina no se detiene. “Estoy en producción de un nuevo disco. Mi intención es grabar para el año próximo”.
En una larga entrevista con Radio Gráfica, el violero pesado repasó su carrera, sus comienzos y dio claridad sobre su relación actual con Ricardo Iorio y el futuro de Almafuerte. Luego de las dudas sembradas sobre la separación de la mítica banda pesada, Claudio terminó de despejar las dudas. “Yo siempre tuve buena relación con él”, aclaró. Aunque también puso sobre la mesa cómo fue siempre su trato con Ricardo: “Conocíamos hasta qué punto cada uno tenía que llegar para que no nos salten los tapones”. Y puntualizó con que siempre la prioridad había sido su amor por Almafuerte.
Volviendo al presente, Marciello comentó que le costó dar con el cantor luego de que salga como solista post Almafuerte. “Lo llamaba y no me atendía. Un día pude charlar con él y manifestarle mi apoyo”, contó. “Hubo un desencuentro cuando él toma la decisión de salir como solista. No se puso sobre la mesa y la banda paró de tocar”, agregó, en relación al abrupto final de Almafuerte. Igualmente, el guitarrista agregó que fuera quien fuera que decidiera parar, la banda completa iba a hacerlo, debido a la dificultad para sumar a alguien a un grupo de tantos años. “Ponés a alguien arrebatado y a los dos meses te cagó una gira”.
Marciello remarcó que, si bien no habla todos los días con sus compañeros de Almafuerte, sí mantiene una relación en el tiempo. Con Ricardo, con Valencia y con Ceriotti. Además, expresó que su último disco hasta el momento, “Crudamente” (2019), iba a ser para Almafuerte, y que luego del parate habló con Iorio y lo lanzó con CTM (su grupo solista).
Almafuerte, ¿vuelve?
Los deseos de Marciello son claros. “Yo hablé con Ricardo, también con Bin y con Beto. Que tenía ganas de reunir la banda para despedirla”. Si bien las reacciones de sus compañeros fueron positivas, incluso la de Ricardo, estos planes se vieron parados por la pandemia. Igualmente, no está definido qué características podría tener ese regreso. "Tiene que haber ganas de trabajar, juntarnos, subir a tocar y despedir la banda. Hacer uno o dos temas y subirlos. Hacer unos shows. Quedó todo esto abierto”.
Los rumores y temores del público metalero argentino se dispararon cuando Iorio sentenció el fin de Almafuerte. Estas declaraciones no cayeron bien por los pagos de Marciello. “Cuando empezó a hacer esas declaraciones, es filoso el tipo. Me junte con él en Luján. Aclaramos cosas, había declarado cosas y no me cerró mucho. Después fui a un concierto de él y tocamos unos temas, en mis conciertos hay temas de Almafuerte. Acá nadie quiso cagar a nadie, eso es lo importante”, expresó para dar tranquilidad sobre cómo encararon la situación, y agregó: “Si llega una llamada de él o una llamada mía, puede suceder. Cuando le comenté que quería hacer unos shows, me dijo que arme la lista”.
“Yo quiero que le vaya bien a todos los que pasaron por Almafuerte. Por la música que hacemos, yo quiero que esta música siga existiendo”, sumó en relación a los proyectos de sus compañeros. A su vez aclaró que hacer un show de Almafuerte en este contexto sanitario sería injusto con quienes quedarían afuera por el aforo limitado. “En caso de que tocáramos, no haría ni publicidad. Aviso en un video y ya está. Pero si pueden entrar mil quinientas personas, eso va a generar un revuelo. Mucha gente que va a querer ir. No sé si sería un show, si serían varios en varias provincias. Es difícil hablar sobre esto, se define en algún momento que me encuentre con Ricardo y decidamos juntarnos y tocar unos conciertos”.
CTM y los veinte años de Puesto en Marcha
Más allá del posible futuro de Almafuerte, Claudio “Tano” Marciello no detiene su motor. “Yo creo que voy a grabar entre febrero y marzo. En diciembre ya voy a comenzar a hablar con colegas y productores para saber en qué formato sacar el disco”, expresó sobre su próximo lanzamiento. Y fue crítico con los actuales modos de lanzar música desde los planos legales. “Ahora todo el registro de las canciones parece que es online. Soy un poco lerdo con la cuestión de la tecnología. Antes yo hacía dos canciones, me iba a SADAIC o a la calle Moreno y registraba las canciones en el día. Iba a hacer la cola a las ocho de la mañana. Ahora hay que pedir turno, no vas más a hacer firmar las cosas. Se convirtió en un ida y vuelta de mails, de claves”.
Más allá de los trámites burocráticos, la pasión de Marciello sigue siendo hacer canciones y tocarlas en vivo. Cumpliendo las dos décadas de su primer disco solista, Puesto en Marcha (2001), el violero expresó cómo se sintió cuando volvió a hacer esos temas en un show. “Me pasó cuando volví a tocar Puesto en Marcha, que me llevé una gran sorpresa. Generó una ovación, una emoción. La gente tenía necesidad de escuchar eso. Me encontré con matrimonios que llevaron a sus hijos. Yo soy de terminar un concierto y salir a hablar con la gente. Me interesa conocer cómo están mis compatriotas”. A su vez, contó que busca la trascendencia. “Al ver una persona que te trae un disco, un matrimonio con sus hijos, eso busca uno con la música”. Y agregó con firmeza: “Si yo estuviese en esto por la plata, me dedicaría a otra cosa”.
Sus comienzos
Antes de ser uno de los guitarristas más prolíficos de nuestro país, Marciello era un pibe de San Justo que quedó sorprendido con Oscar Alemán, o que seguía a su hermano por las calles del barrio para verlo ensayar. “Un fin de semana, en vez de ir a jugar al fútbol, mi viejo me dijo que me quede en casa. Iban a pasar un guitarrista en la televisión. Yo tenía nueve años y el guitarrista era Oscar Alemán. Lo vi tocar en vivo y me volví loco. Era el Jimi Hendrix del jazz argentino”.
Marciello contó que la primera guitarra en su casa la trajo su hermano mayor. “Yo miraba los acordes que tocaba, él me enseñó lo básico”. Pero la suya llegó un poco después, de la mano de su abuela, y para que pase de grado. “En cuarto, para que yo pase de grado, mi abuela me regaló una guitarra. Mi hermano armó sus grupos y yo andaba atrás, colgándome de las ventanas para verlo tocar en los comedores, los galpones. Antes no había salas de ensayo. Yo lo seguía hasta donde iba, así me enganché”, recordaba mientras jugueteaba con punteos improvisados en su guitarra.
“Tenía la habilidad de aprender rápido, sacar cosas de oído. Sacaba las canciones, los solos. A veces ponía un disco, le tocaba arriba, improvisaba sobre las canciones. Como si yo fuese otro músico más de la banda. Pappo era la escuela, el más referente de todos. Luis (Spinetta) era más experimental. Después descubro a Hendrix, pero el audio de la guitarra de Santana es lo que me vuelve loco”.
Su llegada a El Reloj
Además de la enorme carrera hecha junto a Ricardo Iorio en Almafuerte, Marciello también se dio el gusto de tocar en una de las bandas que escuchaba de pibe: El Reloj. Pionera, histórica de la música pesada nacional, llegó al sótano de los Marciello promediando la década de los 80'. “Tanto Juan Espósito, como Valenti y Osvaldo Zabala sabían que en San Justo había un pendejo loco que tocaba la viola y andaba bien, ja. Yo tengo un sótano en mi casa, ese sótano se transformó en un club. Se llenó de equipos, era un lugar grande. Ahí ensayábamos. El Reloj, Destroyer de Willy Quiroga, Tauro, la primera formación de Almafuerte tocó en ese sótano”, recordó Claudio.
“Armamos una banda, lo llamamos a Valenti para que toque y cante en Tauro. Cuando se fue el baterista queda el sótano con equipos. Un día viene Luis con Espósito, zapábamos juntos. Un día viene Zabala. Y se decide por medio de un manager antiguo del Reloj, que sugirió salir con ese nombre. Así tocamos desde el 89-90 cómo El Reloj, quedo yo como guitarrista. Espósito, Valenti, Beto Ceriotti y Gustavo Mirande. Registramos una canción en un disco que se llamaba Metal Volumen 1, y el tema era Como un Animal”. Sueño cumplido para un violero que empezaba a mostrar sus virtudes a la escena nacional. “Después en 1995 llegó Almafuerte”, y eso ya es historia conocida.
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