Largometraje filmado íntegramente en Portugal, se proyectó en el Cine Teatro Helios dentro de la sección Miradas Lusitanas, en el marco de la sexta edición del Festival Internacional de Cine Independiente de El Palomar (Epa Cine).
La película dirigida por la portuguesa Claudia Varejao fue proyectada el viernes 26 de Mayo en la muestra de la sexta edición del Festival Internacional de Cine Independiente de El Palomar (Epa Cine). El film, protagonizado por actores y actrices no profesionales y entre las dimensiones de la realidad y la ficción en las que se sumerge la película, cuenta la vida de un grupo de adolescentes, habitantes de una isla llamada Sao Miguel (Azores, Portugal), que buscan escapar de los mandatos tradicionales del lugar.
Ana y Luis Felipe son amigos que comparten el deseo de liberarse de las presiones sociales, que luchan por existir y buscar un nuevo rumbo en sus vidas lejos de una isla (alejada del mundo, ubicada en el Océano Atlántico); que asfixia, que ahoga, que esclaviza, que encierra y domestica.
Ana vive con su familia en Sao Miguel y busca su camino a seguir. Es amiga de Luis Felipe, un joven queer que expresa su identidad y sentimientos orgullosamente. Ambos forman parte de una comunidad queer, en la cual asisten a reuniones y fiestas, y lo que parece ser felicidad no es tan así. Ana reniega del mandato a seguir: trabajar en el puerto y formar una familia y Luis Felipe, que se muestra como es sin problemas, sufre situaciones incómodas y el desprecio de su padre, cuando su madre parece que lo apoya o ignora lo que es.
La vida de la tranquila Ana cambia con la visita de Cloe, una amiga que vive en Canadá y llega a la isla para pasar el verano allí. Se despierta la curiosidad, el descubrir nuevos mundos, la liberación y surge un abanico de géneros que se apoderan de la película.
Los conflictos se revelan, al mismo tiempo que las tradiciones ancestrales y sexuales del lugar; las ceremonias religiosas imperan y la profundidad de la liberación cobra fuerza. Los personajes encuentran su propia identidad.
Entre esos espacios que se mueven a través de tradiciones culturales y religiosas, la directora portuguesa construye el largometraje en torno a personas, vidas, relaciones e historias reales.
Es un retrato onírico, complejo y luminoso, sin dejar lugar a la violencia. En un tiempo silencioso, frío y lento, como la vida de sus protagonistas, como las aguas del mar. “Lobo e Cao” (“Lobo y perro”, en su traducción) es una película centrada en el crecimiento de sus personajes (coming-of-age). Un compromiso con la sensibilidad, la belleza y la poesía; en la adolescencia de lobos, en la adolescencia de perros.
Una vez más, decimos sí a otro cine en el conurbano.
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