Encontramos una excusa en el cumpleaños número 69 para hablar de nuestra década favorita. ¿Nos dejó la mejor trilogía del rock criollo? Radiografía de los años 80´ acorde por acorde.
Por proximidad tendremos más fresca la imagen de Kill Gil o Radom, sus últimos trabajos como solista. Pero volver al pasado nos resulta un trabajo fundamental (y algo nostálgico), donde en menos de 5 años metió una trilogía de película. Resulta crucial repasar la historia de “Yendo de la cama al living” (1982) , “Clics modernos” (1983) y “Piano bar” (1984) para entender su vigencia a más de 40 años de su lanzamiento.
Yendo de la cama al living - Un amuleto contra la opresión:
En pleno conflicto por la guerra de Malvinas, viviendo los últimos meses de la dictadura militar en el país, este disco retrata de forma muy clara los días de García en esos días. “Todo lo que sube tiene que bajar” en términos musicales, se volvería una máxima durante todo el disco. Voces con reber, coros agudos y excelentes puentes hacen aún más interesante este trabajo de comienzo a fin.
Un trabajo marcado por la sobre-grabación de las pistas: es decir, un García grabando casi todos los instrumentos de todas sus canciones. Willy Iturri sería el único músico que grabaría gran parte de las baterías del disco.
Con cierto grado de ironía musical pide que “No bombardeen Buenos Aires”, manifestando un supuesto temor de que Inglaterra realmente piense tirar una bomba sobre la Capital. Subir y bajar; bajar y subir, una idea que Charly recorrería durante todo el disco. En lo musical, pero también podemos pensarlo en lo emocional. Tiempos de cocaína en Argentina. Ambigüedad que encontramos hasta en el bigote bicolor del mismo García.
“Yo no quiero volverme tan loco” es un pedido de esperanza. La curiosidad de este tema es la inclusión de León Gieco en voces (en los créditos aparecerá como “Ricardo Gómez” debido a la exclusividad que había firmado con otra discográfica y que le impedía grabar con otros artistas y sellos). Disco que marca también la primera colaboración entre Spinetta y Charly en “Canción de dos por tres”. Esto fue un hito especial en el rock nacional.
“Inconsciente colectivo” se vuelve el himno de la esperanza que iniciaba “Yo no quiero me quiero volverme tan loco”. Allí menciona a los exiliados, los desaparecidos y muchas cuestiones lindantes a la época que se vivía en la Argentina. Entre las participaciones estelares que tuvo este disco podemos encontrar a Luis Alberto, Pedro Aznar, Nito Mestre y León Gieco.
Clics Modernos y su viaje exterior
Más moderno que nunca, y en las antípodas de su época hippie, Charly regresa de New York donde había estado grabando y produciendo la mayor parte de este trabajo. Catalogado como uno de los discos más importantes de nuestro rock.
“No soy un extraño” marca la tónica de parte del discurso de “hombre petaca”. La idea de haber vuelto de EE UU y el título en inglés de su disco (algo super chocante por el reciente conflicto con Inglaterra) miran de afuera la idiosincrasia de la sociedad Argentina post Dictadura.
Lejos de ser comercial y venderse a las nuevas tendencias, de lo que fue acusado por la crítica “especializada”, Clics Modernos vino a patear el tablero. Introdujo sonidos y conceptos que en ese entonces eran impensados en la escena local. Clics se sitúa más cerca de lo bailable, del disco y más alejado de esa atmósfera sombría y tanguera que envuelve a Yendo…
Lejos de ser superficial y vanidoso, Clics contiene muchos mensajes implícitos y explícitos como “Los Dinosaurios” o “Nos siguen pegando abajo” tema con que inicia el disco. Plagado de reivindicaciones y protestas, Clics resulta ser un disco súper rockero, no tanto desde su género sino desde su espíritu. Es decir, la actitud plasmada en forma de canción protesta ante la situación política y social del país durante la última dictadura del país.
Un disco de un loco de bigote bicolor: inteligencia vanguardista y pulcritud musical. Permitió que los callados de esa época se refugiaran en sus dulces melodías cargadas de mensajes no tan dulces… Charly se había convertido en una leyenda generacional, ya no era solo un buen músico.
Piano Bar
Un disco con mucha fuerza y con banda detrás. Con mucha más soltura de parte de sus integrantes, que no eran simples sesionistas sino más parte de la obra que nunca. Cambio paradigmas, de lo análogo a lo digital. Una grabación mucho más caótica marcó el comienzo de una era en la vida de los argentinos con la vuelta de la democracia. Sí, el contexto resulta crucial.
“Yo estoy muy contento con piano bar, lo siento como rock pero lo siento como argentino” , diría Charly en esa época.
“Demoliendo Hoteles”, ¡y qué forma de arrancar un disco! En su estribillo participan figuras como Celeste Carballo, Fabiana Cantilo o Santaolalla, que cantan con él como si fuera el grito de toda una generación. “Promesas sobre el bidet” o sea, prometer algo después de mandarse la cagada. Después viene “Raros peinados nuevos”, super descriptivo tanto en su música como en la letra, otro valor agregado a todo lo que podía ofrecer García.
Otra de las características de Piano Bar fue que casi todos los temas fueron grabados en una sola toma, muy pocas cosas fueron re grabadas. La banda era un lujo, el trío GIT y Fito Paez en teclados sucediendo a un tal Andrés Calamaro.
El tema que da nombre al disco es un tema super particular. Los instrumentos se van sucediendo y armando de a poco la melodía, pidiendo atención Charly anuncia la apertura de su Piano Bar. Clara melodías tangueras y muchos sintetizadores. Se siente esa niebla de antaño trepar a tus tobillos. Un tango cada vez más rockero.
¿Cuál será el Piano Bar? ¿Argentina? ¿Una mezcla de NY y los conventillos? Gardel y luces de neón, una combinación de podría definir a Charly García…
¿Por qué elegí los 80´s de Charly? A pesar de pasados más de 40 años de su lanzamiento y pese a vivir un contexto completamente distinto nos es súper contemporáneo. García me parece el mejor exponente, desde sus letras y su música, del humor social argentino y de su idiosincrasia.
Kommentarer