Salió la tercera temporada de tu serie animada de terror y ciencia ficción favorita: analizamos plano a plano, cámara en mano, vamos viendo y te lo resumo así nomás. No, no pienso dejar de afanar.
Si hay algo que detesto del periodismo es lo autorreferencial y, como todos son sus propios ídolos, hoy les voy a contar mi parecer y mi historia con las antologías animadas. Para el que se le escapó le tortugue y todavía no vio ni un episodio de Love, Death and Robots, un poco lo envidio. A grandes rasgos es una serie de cortos que mezclan todo tipo de técnicas de animación, live action y otras yerbas para consumar microrrelatos que muchas veces van del muy bueno al excelente.
Esta temporada está compuesta por 9 episodios, que van de los 7 a los 22 minutos de duración. La producción ejecutiva de todos los cortos quedó en manos de David Fincher, pero el formato de la serie se respeta: un director por episodio y ahí vamos.
La fotografía, las técnicas y las tecnologías de animación son inobjetables. Cada entrega resulta en una experiencia profunda e inmersiva en el mundo de los personajes. Donde flaquean algunos episodios, y más aún puntualmente en esta temporada, es en donde la plata menos importa: en el guión y la historia. Eso será lo más objetable de esta temporada, lo único.
Pese a que no brilla de pe a pa, esta última entrega tiene puntos mucho muy interesantes en capítulos como “La Noche de los Mini Muertos” , “Malviaje” y “El Enjambre”. Leyendo a algunos colegas de distintos medios vi que se estima mucho el episodio de “Jirabaro” porque viene de Alberto Mielgo y hasta se lo pone como el mejor de esta temporada: bueno, paren con el hype, porque es realmente malo. Si, cero perspectiva histórica y empatía, pero el episodio es malo, la historia es hueca y pretende un progresismo que te invita a dormir la siesta. El clip es medio peposo, sí, pero no mucho más.
Con un pasado nutrido ya se pueden ver hilos y conexiones entre capítulos, historias similares, mismos dilemas y tramas parecidas. En lo personal pude observar esto en tres casos:
"El Enjambre" tiene mucho de "La Ventaja de Sonnie" en la forma en la que las criaturas y los humanos se comunican, sin contar que el segundo es el capitulo que inicia LDR.
La narración de "Los Tres Robots" que pasean por los restos de la humanidad se continúa en esta tercera temporada con una particularidad interesante. Mientras que en la primera temporada fue sobre los restos de una civilizacion que nos es familiar porque la conocemos, esta vez son los vestigios de una civilización post apocalíptica, más parecida a Terminator.
Por ultimo, y ni cerca de estar a la altura, "Sepultados en Salas Abovedadas" y "Equipo Mortal" dejan en el aire un recuerdo de "La Guerra Secreta", también de la temporada 1. Aunque con la misma fórmula: un equipo de élite rumbo a lo desconocido no agrega ni aporta nada nuevo. Sacándolas de esta comparación funcionan bien, pero no mucho más.
Sería una pena y otro desatino enorme de parte de Netflix no respetar el pacto de una cuarta y aparente última temporada de Love, Death and Robots. Parte de la magia de esta serie es que no es la más exitosa y probablemente pase desapercibida por gran parte de la gente que navega por su catálogo sin éxito.
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