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Midnight Mass: Netflix, Dios y coso


Llegó esta historia contada a contramano de las tendencias actuales en el mundo de las series, en una isla donde nadie tiene redención… ni salvación.


El puntapié inicial para el desarrollo de esta miniserie es la llegada de un ferry a Crockett Island, una isla de pescadores más infame que hacer fila en un Rapipago al rayo del sol, donde arriban los dos personajes que darán comienzo a una serie de eventos extraordinarios: un joven cura y ex habitante de la isla que choca con trágicas consecuencias pierde su libertad y está en una especie de probation. Hasta acá todo normal.


La llegada del cura a este pequeño pueblo de 121 habitantes desencadena una serie de situaciones y eventos, al menos, sobrenaturales. Comienzan los milagros al mejor estilo Iglesia Universal de los Milagros brasileña, como la de Jorginho de Maniqueau. Gente que vuelve a caminar, otras que rejuvenecen o se curan de sus terribles enfermedades, pero también gente que desaparece.


Esta miniserie de 7 capítulos, cuyos títulos y desarrollos están inspirados en salmos de la biblia, está escrita y dirigida por Mike Flanagan, que tomó a la comunidad de esta pequeña iglesia y su discurso como centro de la narrativa, pero no se vuelve sosa ni aburre. Sí es cierto que para los tiempos de una serie promedio de Netflix, Midnight Mass puede resultar un tanto más lenta, pero es el precio que se debe pagar para disfrutar de esta historia que una vez que comienza con los hechos no para de ponerse más y más oscura.


Tiene varias particularidades que la hacen más interesantes de entrada: el sheriff del pueblo es un musulmán en medio de una comunidad super religiosa; ahí se desarrolla un arco más que interesante. ¿Él único que se niega a ir a la iglesia se salva? ¿Verdaderamente están ocurriendo milagros dentro de la comunidad? Quienes van desapareciendo, ¿representan a los pecadores de los que habla la iglesia? ¿Quién o qué está rondando la noche de Crockett Island? Y cuando al fin se revela parte del horror, ¿what the fuck? Muchas preguntas que se van resolviendo con mucho tino a lo largo del metraje de la serie.




Uno de los puntos fuertes de la serie es el misterio y el suspenso que sostiene, lejos de la vieja fórmula de películas de terror donde hay que fumarse una hora y monedas para poder ver algo. Midnight Mass va aplicando el terror y el gore en pequeñas dosis, justas y necesarias. A partir de la llegada del cura y de los sucesos cada vez más extraños, los personajes de la serie se comienzan a plantear si estos sucesos no están ocurriendo realmente en su imaginación. Sus diálogos son mini monólogos donde comienzan, se desarrollan y culminan historias que hacen más interesante el relato de la serie, pero que también generan vínculos entre los protagonistas y los espectadores. La serie se sostiene desde el relato y los sucesos, pero también desde el arco de los personajes.


En esta isla todo sucede de una forma muy religiosa, muchas conversaciones giran en torno a la fe e incluso se regalan biblias a los niños desde que son muy pequeños, pero es eso lo que permite que los elementos sobrenaturales sean tomados casi como señales divinas. Se hacen comentarios sobre la fe, el fanatismo e incluso sobre qué tan libres somos realmente; es una pequeña crítica a la religión organizada y lo que puede llegar a salir mal si las cosas se salen de control como va a pasar, pero esto resulta la excusa perfecta para explorar y explotar los secretos oscuros de los habitantes de la Isla.


Pero antes de que salga el sol, todo se va a poner más oscuro. Si los “ángeles” que Dios nos envía a la tierra son esos, nosotros preferimos cambiar de religión a algo más tranqui como ser domadores de serpientes o parte de una unidad antibombas en Oriente Medio.


Si tenés paciencia y te enganchás con el relato, Midnight Mass puede ser una de las cosas más entretenidas que encuentres en Netflix este año.


¡Síganme, no los voy a defraudar!


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