Corrían los años ochenta y un grupo ultra conservador norteamericano llevó a juicio a Frank Zappa, Dee Snider y John Denver por “corromper a los jóvenes”.
Hoy vamos a repasar la historia de un intento de censura que sufrió el rock a mediados de los ochenta. Una movida impulsada por la ultraderecha conservadora y religiosa de un Estados Unidos amparado en el gobierno de Reagan, que terminó en un juicio con figuras como Frank Zappa, Dee Snider o John Denver: El Parental Advisory.
La movida comenzó en 1985, cuando el Parents Music Resource Center (un comité norteamericano de padres con mucho tiempo al pedo encabezado por Tipper Gore, en ese entonces esposa de Al Gore, y las “Washington Wives”) presionó a la RIAA (La Asociación de Industria Magnetofónica de América), para censurar las canciones y grupos de rock. Lo que se buscaba era que las emisoras de radio no pasaran esta música y que los padres no compraran los discos de estas bandas.
Los conservadores estaban bastante en desacuerdo con la “evolución desagradable” de la música de rock. Veían en estas bandas constantes referencias al sexo, la violencia, el abuso de drogas y el ocultismo. Su puntapié inicial fue armar una lista, la “Filthy Fifteen” (o las quince asquerosas), con quince canciones que estaban “profanando a la juventud”. En esta lista había canciones de Judas Priest, Motley Crue, AC/DC, Def Leppard, Black Sabbath, Twisted Sister o Prince, entre otras.
La iniciativa empezó de forma clandestina, impulsada desde sectores de la iglesia protestante. Hacían propaganda en contra de las bandas de glam metal y de sus seguidores, quemaban discos y merchandising de estos grupos, pero como lograron poco éxito, decidieron llevar la movida a juicio. De acá sale el disparate que se volvió mito de que ciertos discos, al reproducirse a la inversa, tienen mensajes satánicos, o al propio Satanás hablando.
Para la primavera del 85, el Parents Music Resource Center logró una sesión en el senado norteamericano para votar por la censura de muchos artistas debido a sus contenidos inapropiados para jóvenes, el “porno-rock”. La contrapartida, a favor de los músicos, se llamó “Asociación de Padres a Favor del Rock y el Rap”, y fue fundada por Mary Morello, madre de Tom Morello, uno de los guitarristas con mayor compromiso político de Estados Unidos. Además, en el juicio se presentaron Frank Zappa, que dio un discurso memorable, John Denver, que comparó a las “Washington Wives” con los nazis, y Dee Snider que cayó vestido de rockstar, y mientras gran parte del senado se reía de él, dejó muda a Gore con la siguiente carta, escrita en un papel arrugado que sacó de un bolsillo.
“Quisiera aprovechar esta ocasión para hablar a nota personal y demostrar lo injusto que todo el concepto de interpretación lírica y juicio puede ser (…) En un artículo, la señora Gore indicó que una de mis canciones, ‘Under The Blade’, tenía letras que apoyaban el sadomasoquismo, bondage y violación. La letra que citó no tiene nada que ver con estos temas. Al contrario, las palabras eran sobre cirugías y el temor que da a las personas. Como escritor de la canción, puedo decir que el sadomasoquismo y la violación solo viven en la mente de la señora Gore”. Además, entre las canciones que se pedía censurar de Twisted Sister se encontraba el clásico “We're Not Gonna Take It”, que ,irónicamente, usaba el ejército gringo para entrar en combate durante su invasión a Panamá: en fin, la hipocresía.
Luego de las sesiones, el senado no dio lugar a la censura en medios y difusión, pero exigió que los discos con contenido explícito lleven la famosa etiqueta, que fue variando levemente con el correr de los años. Lo curioso fue que, sacando algunas excepciones, como la cadena de supermercados Walmart, que vende tranquilamente fusiles de guerra pero adhirió a no vender música con esta etiqueta, las bandas con el Parental Advisory fueron más consumidas por los jóvenes, debido a que era un acto de rebeldía, era “cool”, tener discos con esta censura aparente en sus portadas.
Esta derrota legal no detuvo las andanzas del Parents Music Resource Center, que a principios de los noventa tuvo otro objetivo: el gangsta rap. Estos padres con exceso de tiempo libre comenzaron a vincular los asesinatos y masacres con armas de fuego a la música de rap, nuevamente al metal, y a artistas como Marilyn Manson o IceT (nuevamente, no se les ocurrió pensar en la venta de armas legal que tiene su amado país). Cansados de estos intentos de censura por parte de las “Washington Wives”, varios grupos comenzaron a lanzar temas atacando directamente las iniciativas del P.M.R.C. La derrota final sería en Filadelfia, en el recital de Lollapalooza de 1993. Ese día, los músicos de Rage Against The Machine salieron al escenario en silencio, desnudos y con sus bocas tapadas con cinta negra. Mientras de fondo sonaban las bases de batería y bajo tenían pintado, cada uno de sus miembros, las siglas del Parents Music Resource Center. No hubo contraofensiva, la censura había fracasado.
El uso de la etiqueta fue variando bastante: el primer disco en sufrirla fue Purple Rain, de Prince (este fue el disco que mamá Gore escuchó y la impulsó a pedir la censura). Se usó en el film envoltorio, se usó en las tapas, en los artwork de los discos, incluso hay bandas que lo usaron de forma irónica en sus portadas. Para algunos hasta es un material de colección, por lo que discos con esta etiqueta son buscados y codiciados, para otros se transformó en un consumo cultural irónico. Hoy con el auge de la música digital, varias canciones solo tienen el texto “Explicit” junto al nombre del artista.
A casi treinta y seis años de aquella avanzada contra las letras y el contenido de la música de rock, la derrota del Parents Music Resource Center fue contundente. La música no puede ni debe ser censurada. Los intentos realizados a lo largo de la historia solo generaron una reivindicación de los músicos perseguidos. Como entonó alguna vez “Chizzo” Nápoli por estos pagos, el rock and roll no morirá jamás.
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