Con destacados shows de Eruca Sativa y Catupecu Machu, el rock visceral y popular fue mayoritario. En el escenario del Barranco las mujeres pisaron fuerte con An Espil y Carmen Sánchez Viamonte.
En una segunda jornada que ya se avecinaba más pesada que la anterior, por las remeras metaleras rondando el Anfiteatro, Coverheads puso riff clásicos y hard rock puro al escenario Este. Junto a Germán “Tripa” Tripel, el grupo hizo canciones como “Juego Cruel”, “Billy The Kid” o “M.O.B.Y.”. También hubo lugar para covers nacionales como “Prófugos” de Soda Stereo. Fernando “Carucha” Podestá tuvo un muy buen intercambio con el creciente público del campo al grito de “Aguante argentina, aguante Baradero” e incluso bajando a cantar temas entre la gente.
Para el turno de Jóvenes Pordioseros, el clima en Baradero era de completa fiesta. La banda de “Toti” Iglesias le puso rocanrol a la tarde con clásicos eternos como “Lobo”, “100% Pordiosero” o “Descontrolado”. También hubo lugar para los covers, Attaque o Intoxicados fueron algunos de los elegidos para el público Stone que se acercó bancar a la banda de Villa Lugano. “Toti” en la piel de un Mick Jagger completamente argentinizado es el condimento destacado del grupo que ya cuenta treinta años de carrera.
Mientras en el escenario Este Cielo Razzo seguía la línea rockera del día, en el Escenario del Barranco Paula Trama alternó con una propuesta más intimista. Con una guitarra acústica, apoyada en saxo y teclas, la artista desplegó un set de canciones folk muy contemporáneas. La elección de la artista fue una serie de temas de Los Besos. “Canción del Ballotage”, “Helados Verdes”, “Pasito Espectacular” o “Copia Viva”, fueron algunas de las elegidas. En los escenarios principales, tras un vibrante show de Cielo Razzo, el rock siguió pisando fuerte con Pier y una multitud prendida a las vallas del escenario Oeste mientras las últimas luces abandonaban el predio de Baradero.
Las Eruca Sativa empezaron jugando, con una zapada zeppeliana que dio paso a su reciente cover de “Sola en los Bares”, de su nuevo disco, Dopelganga. Lo que siguió fue una muestra de la experiencia del trío cordobés en festivales, una selección de hits de penal fuerte al medio. “Magoo”, “Sorojchi” o “Amor Ausente” fueron algunas de las elegidas para las Eruca que se dedicaron a deformar sus propias canciones, zapando y mostrando porque, cuando hacen rock, son una de las mejores bandas del país.
No pasó medio minuto del último acorde de Eruca Sativa que la atención se desvió hacia el escenario Oeste. Juanse y toda su trayectoria salieron al frente con “Ceremonia” y “Rock del Pedazo”. Alternando clásicos paranoicos y temas propios, Juanse mantuvo el calor de las masas durante su show cuando la noche pisaba las 20:00. Sonaron “Rock del Pedazo”, “Sigue Girando”, “Rock del Gato”, “Cansado”, en una serie inmaculada de rock Stone muy bien recibida por el ya repleto Anfiteatro Municipal de Baradero.
Cuando en el escenario Este Nonpalidece comenzaba con su repertorio reggae, en el Escenario del Barranco Carmen Sánchez Viamonte desplegaba un set bien visceral, con bases punk y las guitarras bien al frente. En este sector del predio se encontraron varios hallazgos más que interesantes. La cantautora de Villa Elisa optó por tirar a la cancha mayor parte de canciones de su último disco, La Fuerza. Una contundente selección con algunas vibras que recuerdan los primeros tramos rockeros de Shakira con el manto indie contemporáneo que cerró con “No Pareces Normal” y una declaración de principios para seguir peleando por lugares de protagonismo en la música para las intérpretes mujeres.
La Vela Puerca salió a la cancha con una selección que tuvo algunos temas de su disco Érase, como “La Calle Adicción” y “Buenas Mascotas”. Si bien se notan los achaques del tiempo en la voz de Sebastián Teysera, el cantante compensa con mucha actitud sobre el escenario. La banda uruguaya, adoptada argentina, eligió varios de sus himnos para regalar al público del ritual. “Clarobscuro”, “Llenos de Magia”, “El Viejo”, “Zafar” o “Va a Escampar” hicieron saltar a todo el predio bonaerense cerca de las 22:00. Apenas terminado el show de los charrúas, en el escenario del Barranco An Espil salió a dar un show con muchísima personalidad en pleno comienzo de Catupecu Machu. La integrante de Nafta y Militantes del Clímax dio un recital donde mostró lo mejor que tiene, con mucha sensualidad sobre el escenario y un ida y vuelta con el público que culminó con la artista bailando “7 a 0” con su gente. Durante su presentación mostró una de las mejores voces de la jornada, alternando canto con trova en canciones cortas y enlazas como “¡Falta!”, “Ilusión” o el cover de “Paisaje”.
Por el lado del escenario Este Catupecu volvió a poner en las tablas su puesta en escena a dos baterías, con mucha distensión y juego en una etapa que parece mostrar a un Fer Ruíz Díaz en camino de sanación. Clásicos como “Eso Vive”, “En Los Sueños” o “Magia Veneno” estuvieron presentes, con un gran dueto de baterías entre Aprile Sosa y Julián Gondell. Pero el momento pico del show, y quizás de todo el segundo día, fue el crossover reeditado de Cosquín. Eruca Sativa completa para hacer entre ambos grupos una demoledora versión de “Dale!” que hizo vibrar a más de 7.000 personas en el Anfiteatro Municipal.
Cerca de las 00:00 Las Pelotas comenzaron con un show más calmo. “Víctimas del Cielo” fue una de las elegidas para los primeros minutos de su recital. “Siento luego existo”, “Personalmente”, “Será” o “Escondido bajo el brazo” fueron parte de una selección de himnos de la banda creada por Sokol en los jóvenes años 90´. Para el tramo final la banda de Germán Daffunchio tocó “Capitán América”, celebrando la resistencia, “Para Con la Pa Pa Pa Pa, Pa Ra Con la Pa Pa” y “La Clave”. Por su parte, Estelares encaminó la jornada hacia el final con algunos de sus temas más conocidos, como “Ella Dijo” o “Aire”. En el cierre la despedida fue con “Un día Perfecto” y “El Corazón Sobre Todo”.
El cierre total del festival fue la única banda de metal de las participantes, Rata Blanca. El histórico grupo de Walter Giardino y Adrián Barilari encaró al público cerca de las 2 de la mañana con “Michell, Odia la Oscuridad” y “Solo Para Amarte” sacudiendo el frio que comenzaba a copar el Anfiteatro. Con la buena onda de siempre, Barilari agitó a la masa metalera mientras la banda desplegaba un clásico tras otro. “Volviendo a Casa”, “Guerrero del Arcoíris” o “Mujer Amante” fueron parte de un set nostálgico y entrador. Para los bises las tres balas finales fueron “Rock and Roll”, “Aún Estás en mis Sueños” y el himno absoluto, “La Leyenda del Hada y el Mago”. El sonido impecable que los caracteriza fue protagonista de un cierre a todo trapo para el festival bonaerense que tuvo asistencia perfecta en ambas jornadas.
Rock en Baradero pasó con un mix interesante entre nuevas corrientes y nostálgicos próceres. Hubo lugar para todos los géneros y la organización se pensó de tal manera que prácticamente todos los grupos podían disfrutarse sin problemas. El talón de Aquiles de la edición fue que casi el 90% de las artistas femeninas (a excepción de UMA y Eruca Sativa) fueron relegadas al escenario del Barranco, al que luego de que el Anfiteatro alcanzara cierta capacidad, era muy complejo acceder y se superponía con los grupos principales que tocaron a puntualidad de cronometro. Cómo planteó Lula Bertoldi a Radio Gráfica, es una nota para el futuro y parte de un camino por recorrer.
Aún así, el blend entre sangre nueva y bandas consagradas fue bien logrado. El público acompañó todas las propuestas con mucha calidez y el balance de este festival es cada día más positivo. En comparación a grandes tanques que venden una propuesta donde la música queda a veces un tanto relegada, en Baradero menos fue más. La música pasó al centro de la escena, el sonido fue garantía de confianza y después de más de veinte horas de shows la sensación reinante fue de ser un lugar al que uno tiene ganas de volver.
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