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Foto del escritorFidel Fourcade

Volvió Cobra Kai y, ¿fue para tanto?

Una temporada marcada por los flashbacks, una rehabilitación récord y la idea de estirar la trama tanto como la cuarentena en el 2020.

Todo rompen


El 2020 fue estruendoso y virulento. Como nos acostumbró, en el horizonte se podía ver una especie de bis con distanciamiento social, protector solar y lentes de sol. Era un notición que desde el 1 de enero se pudiera ver en la aplicación de la N la nueva temporada de Cobra Kai. Nada podía malir sal…

Habían quedado muchas escenas grabadas en nuestra retina. La más importante, cuando nuestro personaje mexichango favorito Miguel volaba por las escaleras hacia lo que era una muerte segura. Patadas ninja voladoras, romances de adolescentes, fiestas con vasos rojos y niños con labio leporino. ¡Esta serie lo tiene todo! Pero en la reanudación de la tercera temporada la serie toma un rumbo mucho más previsible aún y la trama se alarga en pos de la cantidad de capítulos; es decir, cantidad antes que calidad.

El bueno, el malo y el Johnny

¡Pero no todo está perdido! Ahí está él, nuestro anti héroe, Johnny Lawrence bebiendo ese líquido de dudosa procedencia en un envase de ¿jarabe para la tos? Pero no les voy a spoilear nada, tranquiles. La tercera de Cobra encuentra masomenos a todes parados en el mismo lugar. Johnny es un desastre, los Larusso son unos desclasados gorilones, Kreese se apoderó de Cobra Kai y maneja a sus alumnos como una unidad básica de Juntos por el Cambio.

Lo más interesante de la temporada son sin duda los flashbacks que tienen como protagonista a Kreese, de sus tiempos como soldado. Daniel viaja a Okinawa en un acto de macrismo empedernido y ¿Johnny? se queda ayudando a Miguel con su rehabilitación. El único héroe en este lio.



Cuestión aparte la recuperación de Miguel, que pasa de un coma inducido a tirar patadas voladoras. En el mientras tanto los dojos (escuelas de Karate) se siguen dando masa como dos facciones disidentes de un equipo del ascenso del conurbano profundo. Tory persigue a Samantha y al bello Robin lo encierran en una correccional y le rompen el corazón. ¿El colegio? Inventa un protocolo fantasma cual birrería de Palermo para que les pibes no se revienten a trompadas adentro. Ah, pero afuera...

Vuelve Ali y se reencuentra con sus dos muchachos; Johnny aplicando la doctrina “Profesor Jirafales” retoma la actividad culinaria con la mamá de Miguel. Samantha y Miguel vuelven como al principio, lo cual hace que muchas cosas no tengan demasiado sentido y Tory sigue siendo una chica mala.

La temporada va y viene en todas estas cuestiones, pero queda una idea flotando en el aire desde hace unos capítulos y hasta temporadas. Daniel y Johnny deberían unir fuerzas para derrotar a John Kreese y ¿qué pasa? Así cierra esa temporada, super previsible, como esta nota.

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