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5 puertas para empezar a escuchar a David Bowie

En el mes de su nacimiento y el aniversario de su muerte, pensamos cuales son los mejores discos para entrar al mundo del Duque Blanco, un artista tan magnifico como multifacético.

Publicada en enero de 2019

Este mes David Bowie estuvo varias veces en las portadas de los medios de comunicación. Ya sea por el aniversario de su muerte, su cumpleaños, el lanzamiento de una App interactiva para conocerlo o ahora por haber sido distinguido como el artista más importante del siglo XX.


La elección se llevó a cabo a través de una encuesta realizada por la BBC Two para la serie Icons, que busca definir a la persona más influyente del siglo pasado. Bowie participó en el episodio dedicado a artistas, en el cual fue elegido como el más importante entre más de 20 personalidades de las que podemos destacar nombres como Charles Chaplin, Marilyn Monroe o Billy Holiday. La votación fue del público británico, y ahora Bowie “competirá” con figuras como Nelson Mandela, Ernest Shackleton y Alan Turing.


En este contexto empecé a escuchar a Bowie, un artista del que solo tenía algunas referencias de sus clásicos (algunos ni sabía que le corresponden), y al cual había intentado acercarme con Blackstar (2016), su álbum despedida y casi póstumo. Fallida elección, ya que se trata de un álbum cuasi experimental con composiciones electrónicas y hasta algo delirantes. Pero dándole una segunda chance, empecé a navegar en sus discos más reconocidos y me encontré con una variedad musical asombrosa, por lo que puede cautivar casi a cualquier tipo de público. A continuación vamos a destacar algunos de sus discos icónicos y para qué tipo de público puede ser una buena puerta al mundo del Duque Blanco.


Space Oddity - 1969

Space Oddity, segundo disco de Bowie, fue lanzado en 1969 con la canción que da nombre al disco como “banda de sonido” para cubrir la llegada del hombre a la luna por la BBC, es considerado como el inicio del glam rock, aunque a mí me da algunas referencias al estilo folk de Neill Young, con el toque Bowie. Es un disco para quien guste de la corriente folk cuasi acústica y escuchar el disco con la dedicación que requiere, y de paso es conocer a Bowie casi en sus inicios como solista.

The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars - 1972

The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars es quizás el mejor disco de la carrera de Bowie a mi gusto personal. Quinto álbum solista, tiene el superclásico Starman, y lanzó a Bowie a la fama mundial con su alter ego Ziggy Stardust. Es un disco conceptual con una impronta de la época innegable para quienes gustan de los Beatles, Iggy Pop, Floyd o The Velvet Underground. Es uno de los discos más digeribles de Bowie, muy fácil de escuchar y con una imagen de rock más clásico. Para quienes gusten, la relación del mismo Bowie con el personaje de Ziggy es interesante y para invitar a leer y conocer, aunque no sea tema relevante en esta breve nota.

Aladdin Sane - 1973

Aladdin Sane, sexto disco y sucesor de Ziggy Stardust, es un disco más “rockero”. El primero que Bowie compone como una estrella de rock consolidada, aunque el eclecticismo del artista lo volvió una imagen fuerte incluso dentro de la cultura pop. Tiene temas con una influencia más stone, algo más duro que Ziggy, y también se pueden destacar composiciones más jazzeras como Aladdin Sane. Otro disco de fácil escucha, que tiene menos vuelo que Ziggy pero mantiene la impronta rockera de esos años de Bowie.

La Trilogía de Berlín - 1977

Después de la peor etapa de su carrera, sumido en las drogas duras y con pobres presentaciones en público, Bowie se radicó algunos años en Berlín junto a Iggy Pop, donde compuso tres discos junto al productor Brian Eno. La llamada “Trilogía de Berlín” contiene Low (1977), Heroes (1977) y Lodger (1979). Tienen un cambio radical a la propuesta rockera de los discos anteriores, en estos trabajos Bowie es influenciado por la música alemana y estilos como el pop electrónico, el new wave, post punk y la música industrial. Es un camino de entrada para el público más moderno, menos amante del rock de los setenta, ya que Bowie estaba en una etapa de experimentación. Tiene el recontra clásico Heroes, y Lodger es considerada una de las mejores obras del Duque Blanco.

Let´s Dance - 1983

Es EL álbum para que escuche todo el mundo. Más popero que las anteriores recomendaciones, abre con un hitazo, Modern Love, y es el decimoquinto disco de Bowie y fue lanzado en 1983. Es el disco más vendido en la carrera del Duque Blanco y tiene varios clásicos de la cultura pop. Toma cosas de Young Americans, aunque con un éxito comercial que esté anterior no obtuvo. En este disco Bowie se acercó más a la música pop en lo que el definió como sus “años de Phil Collins” y es quizás el último gran éxito del artista. Es un disco corto e ideal para quienes están más cerca de Michael Jackson que de Los Rolling Stones.

Luego de Let´s Dance, David Bowie lanzó diez discos entre 1983 y 2016, año en que murió, dos días después de Blackstar, un disco pensado para despedirse. En esos años Bowie exploró la música electrónica, jugó con su pasado más rockero en Tin Machine, un fallido intento propio de ser “uno más” en una banda, hizo varias composiciones para películas y experimentó con varios géneros musicales. Quizás pueden destacarse The Next Day (2013) o Heathen (2002), aunque sin dudas son un mundo a explorar.

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