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Foto del escritorFidel Fourcade

Un Elefante suelto en Niceto


En una fecha vibrante, el pasado viernes junto a Los Yacus y Dirty Women, la banda paquiderma nos hizo volar con la promesa de volver con más.


El viernes a la noche, tempranito, fui permeable a una situación de psicodelia ofrecida. Había hecho la tarea, los venía escuchando hace 14 días y tenía entendido que esta iba a ser una de las últimas fechas hasta nuevo aviso. ¿Cómo faltar? Si llegaste leyendo hasta acá y no estás entendiendo nada no te culpo, a mí me pasó lo mismo. Lo de Elefante Guerrero Psíquico Ancestral no cabe en adjetivos.


Pero vamos por partes: lo de Los Yacus Bien Palanca y Dirty Women le dieron un marco espectacular a la posterior presentación. Los primeros bien aguerridos y al palo con su rock, ellas sólidas de comienzo a fin con su tributo a Black Sabbath (que me dejaron con las ganas de escuchar algo de Deep Purple o Zeppelin, cosas que les deben decir siempre). Eran cerca de las 22 hs. y la entrada ya estaba paga por el show que dieron ambas bandas, pero todavía faltaba más.



Para cuando arrancó el recital de Elefantes, mis pantalones se movían solos y sentía una depresión en el pecho de al menos 1 milímetro.


No les voy a mentir, fue la primera vez que veía a los gigantes mamíferos en vivo. Si bien había hecho los deberes como recién les confesé, la muestra en vivo fue mucho mejor de lo que podía imaginar. La psicodelia es un factor fundante de los elefantes y se siente, se escucha y también se ve.


Algo a favor de su repertorio es esa habilidad o posibilidad de construir portales con otros géneros y músicas. A la potencia característica se le suma el jazz, el funk y hasta elementos del folklore. No solo fue una muestra de virtuosismo en pos de la psicodelia. Mecharon con su repertorio, donde no puede faltar Kraken por lo visto, algunos adelantos, algunas pastillas de lo que va a ser su nuevo material.



El resultado global de la fecha es más que positivo tanto para Elefante como para Los Yacu y las Dirty, la gente se acercó y fue en número más que interesante. Respetuosos vieron las tres propuestas con la misma atención y se coparon con los clásicos de Sabbath y Pearl Jam. No tengo idea la cantidad de pelo que habrá quedado sobre el escenario, pero que se agitaron cabezas no quedó ninguna duda.


Una consideración al final de esta crónica reseñada: Elefante Guerrero no suena a una banda argentina, no sé bien qué significa esto último, pero es cierto. Toman elementos de la música que hemos escuchado una y otra vez y les dan una vuelta, no con los estilos criollos que acostumbramos. Podría ser Elefant, l'éléphant o fil pero no, Elefante Guerrero Psíquico Ancestral es argentino papá.



Gracias Héctor Palacios por las increíbles fotos de la fecha!

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